León, Gto. El 98 por ciento de las personas que han sido víctimas de un percance vial y han muerto atropelladas no tienen justicia, sus casos quedan impunes; por lo que la situación de Enrique Sosa deberá de ser un ejemplo de justicia.

Lo anterior lo comentó el presidente de la asociación civil de Familiares de Personas Atropelladas, Juan Velázquez, quien comentó que el homicidio cometido contra el excamarógrafo, Enrique Sosa no puede considerarse como homicidio culposo o doloso, ya que cuenta con varias agravantes por lo que tendría que considerarse como homicidio calificado.
“Ese es un homicidio con todas las agravantes que deben de ser tratados de tal manera para que la persona cumpla con una condena, de un homicidio calificado tipo grave. Ese tipo de circunstancias casi no se aplican, porque en México la ley normalmente considera los atropellamientos como un hecho accidental”, dijo.
El presidente comentó que el porcentaje de personas que han fallecido por percances viales derivados de personas que manejan en estado de ebriedad en el estado y en el país son de los más altos. Además de los accidentes que se presentan por manejar a alta velocidad.
De acuerdo con el informe que se reportó por parte de la Secretaría de Salud, en la semana 27, se han atendido a 885 peatones que resultaron lesionados en un accidente de transporte.
Y el número de personas que también recibieron atención médica pero en un accidente de transporte de vehículos con motor se reporta en 6 mil 989.
Juan Velázquez explicó que el 98 por ciento de esas personas que se ven afectadas en un accidente vial no tienen justicia, porque las personas quedan libres de alguna sanción. Y esto se debe a que el seguimiento y las leyes son muy bajas.
“Entonces aquí tiene que aplicarse toda la ley (en el caso de Enrique Sosa), para que además pueda quedar esto como un ejemplo (…) por eso ningún ciudadano debe dejar de exigir que se llegue hasta las últimas consecuencias de un homicidio calificado”, añadió.
En el caso de Enrique Sosa externó que no habrá manera de hacer una reparación del daño porque la pérdida de una vida no se puede reparar. De manera, obligatoria el responsable tiene que apoyar a los familiares con aportaciones económicas, sin embargo el daño moral no hay quien lo repare.
“Por eso la asociación de Familiares de Atropellados exige profundamente que se llegue hasta las últimas consecuencias sin que ningún menoscabo de ninguna de las circunstancias que pueda englobar a esto”, puntualizó.