León Gto.-Estudiantes de Psicología de la Universidad Iberoamericana de León, presentaron los resultados del Diagnóstico comunitario de la comunidad ladrilleras del Refugio, los cuales revelan que las infancias y las adolescencias que viven en este espacio, frecuentemente se ausentan de clases por problemas de salud, y el factor principal es por la contaminación producida por los hornos de fabricación de ladrillos, así como por el consumo de sustancias ilícitas.
De acuerdo con el área de comunicación social, esta universidad trabajó en esta investigación por una solicitud que hizo la escuela primaria Josefa Ortiz de Domínguez ubicada en las ladrilleras.

La Dra. Sandra Estrada Maldonado detalló que en este proyecto de investigación participaron 15 estudiantes de sexto semestre de la carrera de psicología, quienes hicieron un primer acercamiento demográfico con investigación hemerográfica y datos del INEGI.
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Posteriormente realizaron visitas etnográficas, 12 entrevistas principalmente a personas adultas mayores y 15 encuestas basadas en la Encuesta Nacional de Bienestar.
Esto dio como resultado que en este espacio de las ladrilleras, es persistente la inasistencia escolar de niñas y niños por problemas de salud, atribuibles en algunos de los casos a la contaminación de la zona.
“Las necesidades son casi siempre lo que sale a flor de piel, es evidente, pero en un diagnóstico comunitario, así como detectamos necesidades y carencias, también debemos detectar recursos. Como en un diagnóstico médico, también se hace un pronóstico, se priorizan las necesidades”, comentó Sandra Estrada.
Esta investigación además de detectar estos problemas de salud, también permitió que conocieran las complicaciones que tienen las madres de familia, y el estilo de vida, entre otros factores.
“Cuando fuimos a los hornos pudieron pensar las implicaciones de ese tipo de trabajo en la dinámica familiar y dinámicas personales. Supieron cuánto gana una persona que hace los ladrillos; les vieron allí, sintieron el sol. Fueron muchas cosas que les permitieron mirar la realidad con sus propios ojos”, señaló.
La doctora dio a conocer que las adolescencias de esta zona tienen una necesidad en materia de salud mental, así como una limitación en materia educativa y acceso a sustancias ilícitas.
Se suma que en materia general hay un alto estigma de pobreza y tiene una necesidad importante en servicios de transporte.
¿Qué se puede hacer?
Algunas de las recomendaciones por parte de los estudiantes que participaron en esta investigación es, realizar talleres sobre el consumo de sustancias y sexualidad, esto, únicamente aplicaría con las adolescencias, se suma, el mejoramiento de la infraestructura en los espacios públicos, conexión a internet y otros.
Para los jóvenes o adultos hombres se propone implementar luminarias y organizar encuentros deportivos para generar espacios seguros, recreativos y de integración social; realizar el taller ‘El cuerpo no es de fierro’, psicoeducación sobre el impacto del trabajo intenso y el consumo de sustancias en la salud física y mental a largo plazo.
Este último sería implementado por estudiantes de Ciencias de la Salud; círculo comunitario ‘Jornadas de respiro’, espacios de escucha y expresión emocional entre hombres de la comunidad, enfocados en manejo de estrés, prevención de adicciones y salud emocional, entre otros.
Con las mujeres se propone fomentar la creación de comités vecinales o grupos de diálogo para reunirse en espacios accesibles en la comunidad, así como una colaboración con otras universidades para recibir apoyo psicológico; talleres de prevención y acompañamiento en casos de violencia; realizar jornadas informativas sobre cómo y dónde denunciar la violencia; promover jornadas de limpieza e iluminación en zonas oscuras como medida disuasoria de delitos, reforzando la apropiación del espacio.