Irapuato/Celaya Gto. A la una de la tarde repicaron las campanas a duelo de los templos e iglesias del centro histórico de la ciudad, cuya Diócesis despedirá con una misa al Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, adelantó el obispo Enrique Díaz Díaz.
Reconoció al Sumo Pontífice por la sensibilidad que lo caracterizó para abordar temas de familia, como los divorcios, pero también por su cercanía.

“Se dice este acercamiento y sensibilidad para los diferentes problemas de familia, como los divorciados vueltos a casa, muchas de estas actitudes cercanas y de misericordia. Yo creo que lo más importante es el querer regresar a la esencia del Evangelio, esto es lo más grande que nos ha dejado”, dijo.
El clérigo recordó sus encuentros con el Papa Francisco, quien en 2013 habría dado salida a asuntos pendientes que había en Chiapas, como las traducciones a los idiomas indígenas y la renovación de la autorización para ordenar diáconos permanentes.
“Su visita a México, en particular a Chiapas, fue un momento culminante para mí. En los encuentros que con él tuve varias veces, verlo sentado en la mesa con ocho indígenas —sí, con el Cardenal y conmigo— pero solamente el Papa con ocho indígenas representantes de las diferentes etnias, platicando sencillamente con ellos, escuchando sus inquietudes, dando una palabra de aliento… fue impresionante. Poder participar con él en la celebración multitudinaria en uno de los estadios de San Cristóbal de las Casas fue algo muy especial”, refirió.
Además de una misa que se ofrecerá a las 5:30 de la tarde de este mismo lunes, el obispo dijo que, una vez que se defina la fecha y hora del funeral en Roma, desde la Diócesis de Irapuato se hará lo propio en la Catedral.
Enrique Díaz agregó que, en las elecciones pasadas, casi nadie creía que Jorge Mario Bergoglio fuera uno de los electos, pero al igual que quien lo suceda, seguramente deberá imprimir su carácter.
En Celaya también lo recuerdan
El Papa Francisco conocía la situación de violencia complicada que se vivía en el Bajío.
Alejandro Aguilar Ledesma, obispo de la Diócesis de Celaya, recordó que tuvo ocasiones de dialogar con el Papa Francisco, en su visita al Vaticano y cuando estuvo en Morelia.

“Platicábamos algunos temas, y sí recordaba algunos sucesos de Celaya, de Irapuato, porque sí, aparte de que estaba informado de las cosas, tenía gran aprecio, sobre todo al Bajío y a México en general, por el espíritu guadalupano”.
Aguilar Ledesma recordó que el último encuentro con el Papa fue hace dos años, en su visita ad límina, una reunión “coloquial”, porque el pontífice solía saltarse los protocolos y comenzaba también a hacer preguntas.
“Reconocía mucho el espíritu religioso que hay en el centro del país, y por una parte le dolía que hubiera tanta violencia en México, habiendo tanto fervor religioso. Eso le llamaba la atención, pero sí sabía cómo estábamos viviendo y cómo la estábamos pasando”.
El obispo de Celaya recordó también que el Papa Francisco quedó prendado de la Virgen de Guadalupe cuando vino a México; estuvo en el camerín y se le pasó el tiempo.

“Un hermano, un Papa peregrino, así nos dijo cuando vino a México: ‘Vengo como amigo, como hermano y como peregrino’. Y ahora nos dejó en el Año Santo de Peregrino en la fe. Él nos enseñó a peregrinar hacia la Casa del Padre. No solo nos enseñó con documentos, sino que nos dejó una Iglesia en camino, una Iglesia sinodal, una Iglesia que peregrina en la fe”.
El obispo Alejandro Aguilar Ledesma expuso que, como Iglesia Católica, el deceso del Papa llena de tristeza por la muerte del Santo Padre, pero también, desde la luz pascual, saben que resucitará en Cristo.