Guanajuato. La sola amenaza de muerte que le hizo el agresor a su víctima, es elemento suficiente para considerar las lesiones un acto de violencia contra una mujer, como una tentativa de feminicidio.
Así lo advirtió María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, respecto al caso que involucra a un asesor y pariente del alcalde de Juventino Rosas, Fernando Gasca Almanza, quien fue denunciado por su víctima por agredir físicamente de gravedad.
La especialista advirtió que si bien el tipo penal es deficiente en Guanajuato, la Fiscalía General del Estado (FGE) sí podría acreditar las razones de ejemplo para el feminicidio, porque este caso pudiera encuadrar en una tentativa.
“Estamos en un caso donde la autoridad dice que son lesiones o lesiones agravadas, pero al final la autoridad desestima la situación de riesgo y esto es común. Te pongo el ejemplo de Irma Lilia, que es el caso de la Ciudad de México, pero para ver si el agresor es un influyente. Ahí ya la situación se vuelve más complicada para las mujeres”.
Advirtió que el común denominador es que a pesar que las autoridades están obligadas a generar un análisis de riesgo, no se está realizando o se desestiman las condiciones del delito que se vuelve la antesala de un feminicidio.
“Aquí la discusión es si las lesiones que ella tenía ameritaba no lesiones agravadas, sino una tentativa de feminicidio. Pero cómo se salva, la autoridad siempre dice es que si hubiera querido matarla, la mata”.
Por ello, advirtió que es una deficiencia que hay de las autoridades de entender la situación de riesgo inminente en que están las mujeres.
“Si en los casos donde no tienes agresores que tengan ninguna influencia, la autoridad desestima. Minimizar que era una tentativa que te pudo haber puesto en riesgo de muerte. No hace un análisis de riesgo y libera a los agresores cuando ellos tienen algún estatus o jerárquicamente ellos tienen alguna influencia”.
Consideró que desestiman no sólo por ignorancia o porque no tengan los mecanismos. En estos casos se trata de un tema de impunidad y de corrupción.
“Si la amenazó de muerte, ese es un indicador establecido ya en los casos que hemos hecho, ya cuando hay una amenaza de muerte o se imaginan que hay una amenaza de muerte y el agresor se siente visibilizado, el riesgo aumenta”, concluyó.
