León, Gto. Al igual que hace 65 años el comité organizador del viacrucis de la colonia Chapalita cumplió con una gran representación de la crucifixión de Jesucristo, cargado de dramatismo, golpes, y flagelación.
El templo de Fátima fue el primer lugar del encuentro, donde hubo un exhibición de los últimos momentos que vivió Jesús; en esa mima plazoleta se concentraron un promedio de 300 personas para acompañar lo que sería los últimos momentos del que llaman El Mesías.
Por mas de una hora de cánticos, cambio de vestuarios, se partió al segundo escenario, que es el momento en que Jesús le monta la cruz para caminar a lo que sería su calvario.
Entre una gran aglomeración Jesús caminó por varios kilómetros, detrás y frente a él, un ejército que lo acompañaba para golpearlo y no permitir que algún peregrino se le acercara, ya fuera para ayudarlo o darle de beber agua.
La primera caída llegó, su corona de espinas cayó, la gente a su alrededor se asombró por los golpes que Jesús recibió. Con mucho trabajo se levantó y su cruz otra vez tomó.
Jesús con sangre en el rostro y lesiones en las costillas, una espalda roja por los golpes que recibía, caminó varios kilómetros para caer nuevamente.
El mesías pese al peso de la cruz y su dolor se levantó, se incorporó al camino y a su paso vio a Judas, aquel hombre que lo traicionó, al cual colgado lo vio.
La media glorieta ubicada entre la calle Campeche esquina con Márquez fue en lugar de la crucifixión, donde tres cruces se clavaron para darle el último adiós.
