Guanajuato.- Pretenden lotificar predio de 40 hectáreas que está dentro del Área Natural Protegida de la Cuenca de la Presa de la Soledad, denuncia Andrés Hernández, una persona que se dedica al rescate del bosque con diferentes acciones como es la apicultura.
El trabajo que ha hecho Andrés Hernández, es conocido en la localidad, pues es un ejemplo de cómo sí es rentable explotar los predios con vocación forestal de manera sustentable; por ello le preocupa la intención de que en un predio cercano al de su familia se pretenda urbanizar, esto porque además conoce el caso del fraccionamiento La Cucursola.
Andrés Hernández, quien desde hace 20 años trabaja en el rescate del bosque, en un predio de 44 hectáreas, propiedad de él y su familia, dice qué en las reuniones del Consejo Técnico del Área Natural Protegida de la Presa de la Esperanza, se señaló desde muchos meses antes que se diera a conocer el asunto de El Fraccionamiento la Cucursola públicamente, que eso estaba mal, que se estaba causando un daño importante al medio ambiente y no se hizo nada.
Por eso decidió denunciar públicamente la intención de lotificar un predio de 40 hectáreas, propiedad de la familia Olmos Olmos, con la intención de vender los terrenos para urbanizar, predio que colinda con la Presa de la Soledad, por lo que está dentro del ANP de la Presa de la Soledad.
En la parte alta de uno de los cerros del terreno propiedad de la familia Olmos Olmos, hay un espacio plano rodeado de árboles de Eucalipto, que desde hace años se usa como campo de beisbol, desde el que se aprecia una vista magnífica de la presa, predio que estaría dentro del espacio que se pretende urbanizar.
El daño que se haría al medio ambiente y a la misma presa de la Soledad sería muy importante, lo que se tendría que hacer en esos terrenos es sumarlo a las acciones de rescate del bosque, señala tajante Andrés Hernández.
El terreno de la familia mi padre lo usaba para el pastoreo de sus chivas, no fue nada fácil convencerlo que le entráramos al programa de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, programa apoyado a su vez por las Organización de las Naciones Unidas, para el rescate de la cuenca del Río Lerma Chapala, pues la Sierra de Santa Rosa es parte de esa cuenca, explicó Hernández, nativo de la comunidad de Llanos de Santana.
En el predio de la familia de Andrés Hernández, es notable el avance en el rescate del bosque; Andrés cuenta que el terreno sufría una degradación muy importante, pero poco a poco y con trabajo, ahora hay zonas que son un vergel, algo fundamental para la apicultura.
Para la vida de las abejas, y con ello de los ecosistemas, del bosque, un desarrollo urbano como el que se presume pretende la familia Olmos Olmos, familia que es originaria de llanos de Santana, aunque sus integrantes desde hace muchos años viven en Irapuato, por lo que no les interesa el rescate del bosque, sino el negocio, como es urbanizar su predio lo que es totalmente contrario a aprovechamientos sustentable de los terrenos forestales.
Andrés Hernández mostró como en el predio de la familia Olmos Olmos, hay señalamientos que indican la intención de lotificar, informando que en septiembre del año pasado fue gente de la Secretaría de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial para verificar su denuncia, por lo que espera que se intervenga y se apliquen las normas pues en una ANP no se puede lotificar, esto dividir los terrenos y venderlos para casas habitación.
En el predio de la familia de Andrés Hernández, se han sembrado más de cinco mil pinos, algunos ya tienen una altura de cerca de diez metros; es un lugar que frecuentemente lo visitan investigadores para conocer esa experiencia exitosa de rescate del bosque; Andrés comentó que incluso investigadores de la UNAM llegaron a colocar fotoceldas y documentaron que en la zona hay mapaches, además de zorros, coyotes, venados, conejos y una variedad importante de aves, así como víboras de cascabel, por lo que en su terreno tiene un herpetario, el que en los próximos días visitarán investigadores españoles.
Hay quien dice que eso del cambio climático es un cuento, comenta Andrés, quien se dice convencido de su trabajo, por lo que afirma que no cederá en su lucha, pues ha aprendido que es cierto que la naturaleza es sabía y que hay que saberla escuchar.
