Guanajuato, Gto. Desde el Congreso del Estado se rindió homenaje póstumo a le magistrade Ociel Baena, en el cual se criticó la resistencia de las autoridades a reconocer la vulnerabilidad de las personas LGBTIQ+ de ser blanco de violencia por prejuicios.
Este jueves, en la sección de puntos generales, en la sesión plenaria del Congreso local, a petición del diputado por el Partido Verde, Gerardo Fernández, la asamblea rindió un minuto de silencio por la muerte de Ociel Baena.

El legislador mencionó que Ociel Baena, había tenido una importante labor a nivel nacional debido a la lucha que había librado por impulsar la participación política de las personas de la comunidad de la diversidad sexual.
Lamentó que la Fiscalía General del Estado de Aguascalientes, haya determinado en solo 24 horas que fue un crimen pasional, cuando le magistrade Ociel Baena había hecho públicas amenazas en su contra.
“Es lamentable que a pesar de toda la lucha y visibilación por lo que se ha peleado desde las trincheras de las personas de la diversidad sexual y orientación de género no normativas, en menos de 24 horas se anuncia como único móvil del asesinato un crimen pasional, evidenciando así la intensión de justificar la violencia estructural, minimizándola, relacionándola únicamente con el ámbito privado reforzando el actuar patriarcal del sistema penal”.
Gerardo Fernández expresó que no se puede permitir que los delitos contra las personas de la comunidad de la diversidad sexual, y es obligación del Congreso local fortalecer las herramientas legales para inhibir la comisión de estas conductas violentas.
El legislador recordó que Ociel Baena fue la primera persona en obtener un acta de nacimiento y credencial de elector no binaria, así como su incursión en el trabajo judicial electoral desde su toma de protesta como magistrade.

“Le magistrade era una persona disruptiva, incómoda, irreverente, rebelde y polémica, que jamás cumplió con los estándares socialmente aceptados, su abanico y sus tacones se convirtieron en un distintivo de un trabajo profesional y digno en el ejercicio de sus funciones y también un estandarte en la defensa de los derechos de las personas de la diversidad sexual y de género”.