Celaya; Gto.- Ahora no hubo rezo, tampoco el recorrido de calles por la comunidad con San Juanito cargado, mucho menos la detonación de petardos y se respetó la ley seca, así el carnaval de San Juan de la Vega, terminó con saldo blanco.
Cada año, un día antes del miércoles de ceniza, el carnaval en la comunidad de San Juan de la Vega llama la atención a nivel mundial, donde después del acto religioso los estruendos cimbran el suelo y ensordecen a la comunidad con el tronar de petardos atados a un marro que es azotado contra piedras.
El operativo disuasivo comenzó desde el amanecer, cuando San Juanito es recibido en la primera casa y los primeros rezos, pero ahora su peregrinar fue en silencio, solo cargado por los anfitriones, bajo los ojos vigilantes del personal de Protección Civil.
Los inspectores de fiscalización recorrieron los negocios donde se expedía cereza, todos aún con los sellos dada la ley seca que entró en vigor el domingo y termina hasta el miércoles, por eso ahora, a diferencia de otros años, no había latas de cerveza ocultas entre bolsas o en las chamarras.
Ahora la policía recorrió las calles vacías donde hace un año era complicado debido a la multitud que caminaba con marro al hombro rumbo al predio, a un costado de las vías del tren, para detonar los petardos hasta el anochecer.
Contrario como se creía, los habitantes de San Juan de la Vega demostraron que su fe es más que petardos y bailes, aceptaron la cancelación del carnaval por vez primera en su historia, quizá ahora San Juanito los escuchó más fuerte desde sus corazones.
