Celaya, Gto.- Las medidas sanitarias deben asumirse para entrar a un supermercado, pero la ciudadanía se las ingenia para evadirlas.
Desde que se dictó la fase tres, los supermercados colocaron en sus puertas las recomendaciones: Usar cubrebocas, solo una persona por familia, no menores de edad, tercera edad solo de 9 a 11 de la mañana y atención para el 30 por ciento de la capacidad de la tienda.
Pero el ingenio o la indiferencia que implica el COVID-19, estas recomendaciones no se cumplen, porque las parejas se forman como desconocidos y se reúnen dentro, padres de familia ingresan con menores con el argumento de comprar ropa o juguetes.
Personas de la tercera edad van a cualquier hora e incluso acompañados, tomar la temperatura parece opcional y pocos tienen tapete sanitizante.
En la puerta de acceso el personal de vigilancia sólo cumple con observar que los clientes tengan cubrebocas para conceder el paso.
Por ello, aunque las medidas parecieran extremas, el público no reclama porque al final, pocos las cumplen y pueden realizar sus compras como un día “normal”.
