“La misma rutina de todos los días me tiene enferma, siento que me consume todas mis energías, necesito un giro nuevo en mi vida, no veo la hora de salir de vacaciones, tengo la cabeza que parece que me va a explotar, tengo tanto por hacer y no sé por dónde empezar, no puedo ni dormir de tanto pensar”. Todos hemos dicho o escuchado alguna frase parecida a estás y es que el ritmo de vida actual se ha puesto bastante ajetreado para muchos.
La necesidad de cumplir con más de un rol en la casa y oficina, también han rebasado las barreras de lo saludable y el estrés se ha convertido en la enfermedad del siglo, un enemigo silencioso que poco a poco se trasforma en un sinfín de afectaciones que en ocasiones apenas alcanzamos a distinguir, pero a la larga nos pasan la factura.
Para que te des una idea de cómo el estrés se manifiesta en tu cuerpo, te dejamos la siguiente lista:
Piel: al incrementar los niveles de estrés el cuerpo segrega hormonas como la adrenalina y el cortisol, que al entra en un desequilibrio producen sarpullidos o urticaria, evidentes con el brote de ronchas que causan ador o comezón y acné.
Aparato digestivo: Vivir estresados nos provoca ansiedad y con ello mayores afectaciones en el estómago, ya que este trabaja de la mano con el sistema nervioso central. Por ello, cada vez es más común desarrollar, gastritis, colitis, intestino irritable, entre otros.
Músculos: Aunque no lo crean, el estrés mental, puede generar mayor tensión en los músculos, especialmente de la espalda, donde los nervios se contraen y comprimen las vértebras, ocasionando todo tipo de dolores.
Corazón: mucho ojo aquí, pues está demostrado que el riesgo de enfermedades cardiacas por estrés es equivalente al de un fumador de hasta cinco cigarros por día, debido al aumento del nivel de hormonas en sangre.
Cabello: aunque la simple caída del cabello, parezca un daño menor, El estrés puede alterar la absorción de ciertos oligoelementos y aminoácidos esenciales para el crecimiento del cabello. También puede provocar el estrechamiento de las arterias, limitando el flujo sanguíneo al cuero cabelludo.
Boca: El estrés hace que el sistema inmune se debilite y disminuya la producción de saliva, lo que deriva en que los ácidos aumenten y ataquen directamente a dientes y encías, pudiendo provocar caries, y otras enfermedades.
Así que quizá sea conveniente evaluar si vale la pena estresarnos tanto por ciertas cosas o darle importancia solo aquellas fundamentales para nuestro bienestar, al final, en las empresas todos somos reemplazables.
