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viernes, marzo 29, 2024

…Y El País dice que el Gobierno no es transparente y no aporta los datos de lo que pasa en México

Ciudad de México, (SinEmbargo).– ¿Cuál es el tamaño real del contagio deSARS-CoV-2 en México? La pregunta, dice este viernes el diario El País, persigue al Gobierno mexicano, pues especialistas afirman que existe una falta de transparencia y ausencia de algunos datos que, de hacerse públicos, aportarían más claridad a la gestión de las autoridades.

Esta mañana, también el periódico The New York Times publicó un reportaje donde se afirma que el Gobierno de México no ha contado cientos, “posiblemente miles”, de muertes por el coronavirus en la Ciudad de México, y también ha despedido a “funcionarios ansiosos que han contado tres veces más muertes en la capital de lo que el gobierno reconoce públicamente.

En un reportaje denominado “Peaje oculto: México ignora la ola de muertes por coronavirus en la capital”, el diario neoyorquino plantea que las tensiones han llegado a un punto crítico en las últimas semanas, ya que la Ciudad de México “ha alertado al gobierno de las muertes en repetidas ocasiones, con la esperanza de que se haga público el verdadero número de víctimas del virus en la ciudad más grande del país”.

En la Ciudad de México, expone el Times, las dudas comenzaron hace un mes, cuando la Alcaldesa Claudia Sheinbaum Pardo comenzó a sospechar que los datos federales y los modelos sobre la epidemia eran defectuosos, “según tres personas con conocimiento del asunto”.

¿Cuál es el tamaño real del contagio de SARS-CoV-2 en México? La pregunta, dice este viernes el diario El País. Foto: Rogelio Morales, Cuartoscuro.

“Ella ya había ordenado a su personal que llamara a todos los hospitales públicos en el área de la Ciudad de México para preguntar sobre todas las muertes confirmadas y sospechosas de COVID-19, dijeron esas personas. En la última semana, ese esfuerzo encontró que las muertes fueron más de tres veces las reportadas por el gobierno federal”, plantea el texto escrito por el periodista Azam Ahmed.

CALIBRAR EL TAMAÑO NO HA SIDO PRIORIDAD

Al respecto, el texto de El País, titulado “La magnitud de la epidemia en México” y escrito por el periodista Jorge Galindo, destaca que el Gobierno mexicano defiende que su modelo de vigilancia epidemiológica ha sido útil hasta ahora para tomar decisiones de mitigación y ha optado por otro para tener un mayor control de las necesidades hospitalarias en esta nueva fase.

Además, consigna el diario español, el propio Gobierno federal aceptó desde un inicio que el número de casos confirmados mediante pruebas diagnósticas solo representaba una parte de la epidemia.

“Sin embargo, en los últimos días, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, cara visible de la gestión de la crisis sanitaria en el país, le ha venido restando importancia a dicha estimación, implicando (sin afirmarlo directamente) que el grado de difusión del virus la hace, si no imposible, sí secundaria como herramienta. López-Gatell ha hecho énfasis en que los esfuerzos del Gobierno durante la Fase 3 deben centrarse en evitar que los hospitales queden colapsados y sortear lo que ha ocurrido en algunas capitales del mundo como Madrid o Nueva York, algo que en México no ha sucedido”, plantea el trabajo de Galindo.

El Hospital General Regional Número 2, Guillermo Fajardo, continúa brindando atención a casos y posibles casos por la virus COVID-19. Foto: Rogelio Morales, Cuartoscuro.
Como ha pasado con el número de pruebas diagnósticas para detectar al virus, “el Gobierno mexicano ha transmitido la sensación de que calibrar el tamaño de la epidemia nunca ha sido una prioridad. Pero una parte importante de la ciudadanía, además de la comunidad científica, sigue aspirando a tener una estimación sobre la magnitud del fenómeno”, agrega.

Además, dice, hay “varios aspectos que, inevitablemente, aportan cierta dosis de incertidumbre y confusión sobre el devenir de la pandemia en el país latinoamericano”.

Por un lado, cita, la falta de pruebas, pues México se encuentra a la cola de los países del continente. “El tan alabado hasta ahora sistema Centinela ha dado paso a un modelo matemático, desarrollado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), aunque de este último tampoco se ha ofrecido mayor información hasta el momento. Además, López-Gatell ha admitido esta semana que puede haber una subestimación del número de muertos. De hacer públicos los datos de mortalidad por causas para 2020, sería factible identificar aquellos fallecidos por síntomas similares a la covid-19 y reproducir el ejercicio de comparación con la media de años anteriores”.

Sobre las pruebas, el trabajo del periodista Jorge Galindo, que el rezago de México en esta materia, por debajo de Brasil y Bolivia incluso, “no puede dar no ya una cifra exacta de contagios: a duras penas puede considerarse el valor de 26,000 casos confirmados como aproximado”.

Las críticas, expone, también se han centrado en el llamado sistema Centinela y la claridad del nuevo sistema predictivo territorial que, de acuerdo con experto, no permite saber con exactitud cuántos casos hay en el país.

“Es probable en cualquier caso que México esté infra-estimando no sólo el número de casos reales con los detectados, sino también el de fallecidos. Muchos países han incurrido en esta infraestimación: en España, por ejemplo, se estima que hay unas 8,000 muertes sin contar (además de las 26,000 oficiales). El propio López Gatell reconoció hace poco en una entrevista con la agencia Reuters que era “muy probable” que en México también se estuviera produciendo un fenómeno similar. De confirmarse, la estimación arriba propuesta de casos sintomáticos, basada en el número oficial de muertos detectados por la covid-19, podría ampliarse. Si hubiera datos públicos oficiales de mortalidad por causas para 2020 en el país, sería factible identificar aquellos fallecidos por síntomas similares a la covid-19 y reproducir el ejercicio de comparación con la media de años anteriores. Pero el INEGI solo publica sus series de mortalidad de manera anual, siendo 2018 la última referencia disponible”, destaca el periodista de El País.

“La duda que no se disipa, sin embargo, es si no podrían acortarse estos tiempos en un periodo de emergencia como el que vive el país, y el mundo entero. Son cada vez más los países que, siguiendo métodos y procesos similares a los de México para las certificaciones de defunción, están publicando datos de mortalidad mucho más actualizados. De hecho, las autoridades sanitarias mexicanas ya lo hicieron durante la epidemia de H1N1. Gerardo Chowell-Puente, epidemiólogo de la Universidad de Georgia, resalta que ‘si resulta muy complicado acceder a los datos de mortalidad en tiempo real, quizás sería más factible ofrecer las bases de datos de hospitalizaciones’. Lo importante es disponer de un indicador que no esté sujeto ni a los datos de casos confirmados, ni tampoco a proyecciones o modelos estimativos. “Analizando las tendencias históricas de todas las hospitalizaciones en México en un grupo representativo de Estados del país podría ser muy útil’”, añade el entrevistado en la pieza publicada este viernes por El País.

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