León, Gto. La promesa de Lucía Verdín al convertirse en la primera mujer abiertamente lesbiana en formar parte de un Ayuntamiento es abrir el camino para que toda la ciudadanía tenga voz y sea escuchada, poniendo por delante los derechos humanos.
A unas horas de que le fuera entregada la constancia por el Consejo Electoral Municipal, la “Wera” como le dicen desde años, sabe que enfrenta a un cabildo en su mayoría panista e incluso que la líder de la administración, Alejandra Gutiérrez Campos, no coincide con muchos de los temas por los que ella ha trabajado como activista desde hace más de 10 años.
Con una asociación que atiende a mujeres lesbianas, bisexuales y trans y que tendrá que dejar, Verdín asegura que hay proyectos no solo para la diversidad sexual por los cuales trabajará.
“Darle una transversalidad de diversidad no solo sexual, sino de todas las personas que han sido borradas históricamente (…) Las personas como yo estamos cansadas de no encontrar representación en el Ayuntamiento y que solo sean las mismas personas, ocupando los mismos cargos de siempre y haciendo la política de siempre”, señala Verdín, que asegura ya está haciendo la tarea para aprender sobre el trabajo edilicio.
La invitación a la planilla se la hizo su amigo Juan Pablo Delgado Miranda, excandidato a la presidencia y que se convirtió en el primer hombre abiertamente gay en buscar un puesto público en el municipio. Ambos trabajaron en campaña abanderados por Movimiento Ciudadano.
La mirada de Verdín está puesta en concretar proyectos que se tenían en los planes de gobierno como el refugio para personas LGBTTIQ.
“El refugio es un parteaguas importante en la ciudad, y es algo que se va a lograr a través de un Ayuntamiento u organizaciones civiles y en cuestión a la agenda de trabajo es la que vamos a estar definiendo”, comparte.
Promete ser un contrapeso importante pero también buscar personalmente y en toda ocasión a Gutiérrez Campos para sentar la agenda que como activista ha venido trabajando.
Pero… ¿Quién es Lucía Verdín?
Con 28 años, Lucía se define como psicóloga, feminista, activista y lesbiana, quien asegura seguirá siendo quién es, buscando que nadie se discriminado como le tocó a ella.
“El activismo es una de las cosas que no escoges, lo primero es que te atraviesa la vida, la discriminación, la indiferencia la desinformación y entonces necesitas hacer algo “, cuenta.
-¿Ha sido complicado ser mujer, pero sobre todo ser una mujer lesbiana? – Verdín no medita su respuesta y asegura que ha sido una doble tarea a superar.
“Ser lesbiana te pone dos niveles abajo, porque no solo en el acceso a los derechos sino que en algunos otros como tener trabajo, acceder a salud y como yo, muchas otras mujeres lo han pasado (…) el acompañamiento con mujeres es muy rico, en un estado donde te quieren ver infeliz, triste e incluso muerta”.
Lucía ha perdido la cuenta de las marchas a las que ha asistido y advierte que eso no va a cambiar, seguirá exigiendo.
“Ser quien eres y tomar la voz desde lo que tú crees, tú eres esa población de a pie, no perder el piso. Tener la cercanía con la gente que vive el cotidiano, yo no soy feminista de teoría, soy de práctica y vamos a hablar de quienes somos, poner ahí quienes somos , de que existimos y de cuáles son las necesidades”.
