León, Gto. Para el asesor y analista especializado en seguridad pública, David Saucedo, los cuerpos de seguridad pública estatal y municipal, siempre han desempeñado un papel de respaldo a los grupos delincuenciales como el Cártel de Santa Rosa de Lima y el Cártel Jalisco Nueva Generación, los cuales obligaron a las corporaciones a formar parte de la guerra.
Guanajuato ya suma 81 policías asesinados en lo que va del 2020, lo que rebasa los 73 del año pasado y lo ubica, por cuarto año consecutivo, a la cabeza en el ámbito nacional dentro del registro hemerográfico que realiza la organización Causa en Común, luego de los cinco casos registrados durante el mes de noviembre.
El 25 de noviembre se registró el último caso en Silao, donde Miguel Becerra, mando de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado y adscrito al Mando Único de Coroneo, fue asesinado a balazos en una pescadería del centro de la ciudad, en la esquina de la calle Aurora y Lucero, donde se encontraba franco.
El municipio con 25 por ciento de los casos es Celaya con 23 agentes caídos en lo que va del año. Le sigue Silao con diez bajas, León y Jerécuaro con cinco elementos caídos cada uno; Irapuato, Yuriria y Cortazar registran cuatro respectivamente; además de tres que suman tanto Apaseo el Grande como Uriangato.
Además, en los casos de Pueblo Nuevo, Tarimoro, San José Iturbide, Apaseo el Alto y Comonfort, todos registran dos policías asesinados, mientras los diez restantes son de los municipios de Juventino Rosas, San Francisco del Rincón, Jaral del Progreso, Guanajuato capital, Romita, Moroleón, Pénjamo, Salamanca, Salvatierra y Villagrán.
David Sacuedo recordó que las policías municipales también representan pequeños ejércitos que tienen bajo control. Dependiendo del municipio, se trata de pequeños batallones de entre 30 a 300 elementos armados.
“Mediante sobornos y amenazas las policías municipales empezaron a trabajar para los cárteles, ya no solo en el almacenaje, distribución de la droga y huachicol, sino con el fusilamiento y aniquilamiento de narcos rivales, pasaron de ser chalanes parcialmente de la logística, a ser integrantes de las fuerzas de los cárteles”.
Sostuvo que fue así como se dieron los asesinatos de directores y comandantes de directores de policías operativos de Celaya, Irapuato, Valle de Santiago, y los Apaseos, Salamanca y Silao.
“Los cuerpos de la policía de los municipios no sólo trataban de hacer tareas periféricas de apoyo al narco, sino que fueron reclutados por los propios cárteles para hacer labores propias de la operatividad del negocio”, resaltó.
David Saucedo advirtió que toda esta cooptación policial, al final se traduce en la detención de rivales de los cárteles, así como cargamentos, o bien se libera a narcos amigos. Como las policías municipales se integraron a esa dinámica, ahora se padecen las bajas voluntarias o las ejecuciones sangrientas.
