Este nuevo escándalo puede además complicar las aspiraciones del candidato presidencial por el PRI, José Antonio Meade, por la sucesión de prácticas de corrupción de varios gobernadores y funcionarios que han salido a luz durante la Presidencia de Peña Nieto.

En México, los más grandes casos de corrupción no son investigados por la Procuraduría General de la República (PGR). Eugenio Hernández, ex Gobernador del PRI, fue detenido por autoridades de Tamaulipas, mientras que uno de los más escandalosos casos de corrupción, el de César Duarte en Chihuahua, lo conduce la autoridad de esa entidad.

El ex Gobernador Javier Duarte de Ochoa fue detenido en Guatemala por la Interpol. El ex mandatario Roberto Borge cayó en manos de las autoridades de Panamá. El ex Gobernador tamaulipeco Tomás Yarrington fue detenido en Italia. Todos llegaron al poder gracias al PRI. Todos están acusados por corrupción, desvío de recursos públicos y/o nexos con el crimen organizado.

México es el único país que no ha detenido a nadie por el escándalo de Odebrecht, que manchó a 20 países de corrupción. Emilio Lozoya, un hombre cercano al Presidente, no ha sido detenido y los actores políticos de oposición dudan que se le arreste, a pesar de que fue señalado directamente por recibir millones de dólares de esa empresa brasileña para la campaña del PRI.