Guanajuato, Gto.- A nueve años del plebiscito que determinó que no se urbanice en la zona de la Bufa, sigue sin que el lugar este protegido legalmente para garantizar los servicios ambientales que ofrece.
Fue el cinco de diciembre de 2010 cuando se realizó el plebiscito para determinar si se estaba o no de acuerdo en cambiar el uso del suelo a un predio de la zona del Cerro del Hormiguero, las faldas de los Picachos y la Bufa, para poder urbanizarlo.
El rechazo a la pretensión de urbanizar fue contundente, pues de las más de 14 mil personas que votaron, el 83.9 por ciento voto por el no a la urbanización, esto es 12 mil 546 personas; por el sí a la urbanización votaron dos mil 278 personas, esto es el 15.25 por ciento.
A pesar de lo contundente del rechazo a la urbanización, sigue latente el peligro de que esta se dé, como es continuar con el desarrollo urbano en la zona de la Unidad de Ciencias Económico Administrativas de la UG, lo que pretendía el actual presidente municipal Alejandro Navarro, al construir en esa zona un edificio administrativo municipal.
La pretensión del alcalde Alejandro Navarro por el momento se pospone, pues no se hizo propuesta alguna en tal sentido durante la consulta pública del Programa Municipal de Ordenamiento Ecológico y Territorial, instrumento de planeación que se espera sea aprobado por el ayuntamiento en el mes de marzo del próximo año.
Por cierto, que Alejandro Navarro, en 2010 fue un actor muy activo en la oposición a permitir la urbanización en la Bufa, postura que ha señalado que no ha cambiado, aunque con la intención de construir en una zona de conservación ecológica el señalamiento no se sustenta.
Para determinar el área natural protegida de la Bufa y los Picachos, existe un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Guanajuato que propone que el espacio a proteger sea de tres 700 hectáreas.
Cuando se pretendió cambiar el uso del suelo al predio que se buscaba urbanizar, era para construir un hotel de cinco estrellas, 800 viviendas y un centro comercial, para lo que incluso se dijo que se dignificaría el espacio donde se realiza cada 31 de julio la Fiesta de la Cueva y San Ignacio de Loyola.
La gente se opuso a la pretensión de la Constructora Azacán, dueña del predio a urbanizar, cumpliendo el entonces alcalde Nicéforo Guerrero Reynoso, con respetar el resultado del plebiscito a pesar de que este no fue vinculante.
Así, después de nueve años de realizado el plebiscito, continua latente la amenaza de urbanizar en la zona de la Bufa, principalmente en los cerros que forman sus faldas, aunque en el proyecto del PMDUOET, la zona sigue apareciendo como de conservación ecológica.
