Guanajuato, Gto. La expansión de la mancha urbana en los últimos años ha sido gigantesca, lo que está impactando en el medio ambiente de manera muy importante, a pesar de ello no es motivo para que la autoridad municipal busque contener el problema, al contrario la misma autoridad fomenta el daño al medio ambiente, como es la pretensión de construir en predios cercanos al edificio de la División de Ciencias Económico Administrativas de la Universidad de Guanajuato.

La Secretaria de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial, Isabel Ortiz Mantilla, dejó en claro en entrevista realizada el pasado viernes, que la zona de la DECEA y donde se ubica la sede del Congreso del Estado, que los terrenos aledaños, son de preservación ecológica y que por ello será muy difícil cambiar el uso del suelo, lo que pretende el municipio para construir el edificio de la administración municipal.
En el Programa de Ordenamiento Territorial del 2012, se especifica que de 1995 a 2012 la mancha urbana creció más del cien por ciento, la que se prevé se continúe expandiendo, lo que es algo contrario a las políticas nacionales e internacionales, porque eso genera daños al medio ambiente y eleva los costos de los servicios.
En el proyecto del PDMUOET, se señala como una de las debilidades para aplicar los instrumentos de planeación: la falta de sensibilización generalizada en la población y administraciones sobre los impactos y contaminación de los ecosistemas y recursos naturales, lo que no se puede negar es cierto.
Lo señalado en el programa que está en consulta pública es evidente, el mismo alcalde Alejandro Navarro Saldaña, ha dicho que presentará el ayuntamiento una observación al proyecto para poder construir en los terrenos propiedad del estado, argumentando que ya están impactados por el desarrollo urbano.
Un ejemplo de que en la zona de la UCEA y de la sede del Congreso del Estado sigue siendo importante en cuando a biodiversidad, es el hecho de que en días pasados se encontró una víbora de cascabel en la zona del congreso del estado, especia protegida por la norma oficial mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, la que a pesar de ello fue matada.
En el texto del PMDUOET, se apunta en el diagnóstico que la biodiversidad requiere un equilibrio entre la existencia de especies y la de conservación de sus territorios, y todavía algo que puede ser más grave, se señala que: los suelos aptos para recarga de los mantos acuíferos se encuentran en constante proceso de cambio de suelo para su urbanización.
Por lo anterior es evidente que pretender urbanizar en las zonas de conservación ecológica sería un error, por lo que es necesario que la autoridad municipal revise y sepa lo que plantea el proyecto del PMDUOET, pues además como lo señala Ortiz Mantilla está alineado con el Plan Estatal de Desarrollo.
Sobre la degradación del medio ambiente, el permitir que la mancha urbana sigua extendiéndose, se apunta el Plan de Ordenamiento Territorial vigente:
“De continuar la situación actual, las tendencias en la problemática del paisaje municipal son hacia: A) Avance de la desertificación y cambios geoecosistémicos con fenómenos de transformación del paisaje que serán episódicos y acordes con la desertización total en el municipio. B) Incremento de fenómenos hidrometeorológicos como las tormentas pluviales y de granizo, eólicas y otros fenómenos erráticos típicos del régimen de torrencialidad de zona árida. C) Condiciones negativas para la estabilidad urbana, porque aumentará el nivel de riesgo a inundaciones, inestabilidad de laderas y suelos, golpes de calor y frío, sequía extrema. Por ello el Centro de Población será más vulnerable a contaminación del aire y el agua, desastres diversos, rupturas de servicios, fallas de infraestructura e insalubridad.”
Varias investigaciones muestran cómo la expansión de las ciudades ha vuelto a las ciudades menos sustentables. El incremento de la distancia entre la ubicación de las viviendas y la localización de los empleos ha provocado –entre otras cosas- una mayor necesidad de movilidad, lo que se ha traducido en un mayor consumo de combustibles fósiles, se señala en la página web del Instituto José María Luis Mora.
La sustentabilidad de las ciudades mexicanas requiere coordinar las actuales políticas sectoriales en función de una visión integral que tome en consideración al territorio. Sin embargo, no es suficiente rediseñar la planeación y la gestión de las ciudades desde el ámbito gubernamental, se agrega.
Aunque es fundamental, tampoco es suficiente basar la sustentabilidad en el desarrollo de nuevas tecnologías, si no van acompañadas de una transformación cultural, de prácticas sociales, de decisiones ciudadanas.
El futuro de las ciudades mexicanas cada vez depende más de sus capacidades institucionales, de sus transformaciones culturales, científicas, éticas y políticas. No hay sustentabilidad posible sin una población informada, educada y con una ética y un compromiso por el bien común, se concluye en la página del instituto de investigación que es apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Por tanto, como se señala, aunque se tenga un buen instrumento de planeación para el desarrollo del municipio eso no será suficiente para alcanzar la sustentabilidad, si la ciudadanía y los gobernantes no respetan las políticas que se marcan en los programas de desarrollo.
En el POT 2012, se especifica cómo se dio el crecimiento de la mancha urbana de 1995 a 2011, expansión que ha continuado.
Entre 1995 y 2011, las localidades que presentaron mayor crecimiento fueron Marfil (155%) y Yerbabuena (216%), localidades que en su conjunto muestra un incremento poblacional del 35.6%. En las diferentes zonas el mayor incremento poblacional se presenta en Arroyo Verde-Yerbabuena (817%), Jales de Cata (682%) y Burócrata-Servidor Agrario (385%) mientras que las zonas céntricas presentan una disminución poblacional: Centro (67.3%), Presa-Embajadores (59%), Cerro de los Leones (55.6%), Noria Alta (56.7%) y San Javier (43.2%).
La expansión física ha ocurrido principalmente hacia el surponiente, donde se registran condiciones de irregularidad en la ocupación y en la forma de propiedad del suelo. La escala territorial pasó de 1,384.49 has. en 1994, a 2,799.07 has. en 2011. Este crecimiento representa 1,414.14 has. y equivale al 102% en dieciséis años. Se distinguen en las zonas centrales la concentración de actividades económicas, comerciales y de gestión. En contraste, en el sur destaca un crecimiento urbano disperso de entornos habitacionales inscritos en localidades urbanas con déficit o carencia de servicios y equipamientos básicos. El crecimiento urbano en el sur ha ocurrido en forma no prevista en los instrumentos de planeación vigentes.
Así, el presidente municipal Alejandro Navarro Saldaña, tiene la oportunidad de impulsar realmente que la ciudad de Guanajuato y el municipio avance en la sustentabilidad, el que el desarrollo no dañe al medio ambiente, los datos del crecimiento irracional e irresponsable son contundentes.