León, Gto. Las vías del ferrocarril, símbolo del auge económico e industrial que transformó a León hace más de un siglo, permanecen como testigos de una era de modernidad.
Sin embargo, hoy en día, también son escenario de accidentes trágicos y problemáticas sociales.

En 1882, la llegada de la vía férrea marcó un hito en la historia de León, conectando a la ciudad con puntos estratégicos como la Ciudad de México y el puerto de Veracruz.
Este desarrollo, señaló el cronista de la ciudad, Luis Alegre, posicionó a León como una urbe industrial clave y promotora de exportaciones.
Aunque el tren continúa transportando mercancías a lo largo del país, su impacto en la vida cotidiana ha cambiado.
Hoy, los silbidos de la locomotora (“pi-pi”) no solo evocan actividad económica, sino que también se asocian con escenas de tragedia.
En los primeros días del año en curso, dos personas —un hombre y una mujer— perdieron la vida tras ser atropelladas por la locomotora mientras caminaban junto a las vías.

Los accidentes vehiculares son igualmente recurrentes, en donde tractocamiones y tráileres que intentan ganarle el paso al tren terminan impactados, dejando daños materiales y, en algunos casos, víctimas fatales, incluyendo niños y adultos.
Las vías también son un espacio de tránsito para migrantes que intentan alcanzar el sueño americano.
Las postales del tren cargado de esperanza contrastan con relatos de sufrimiento, ya que estos espacios se han convertido en escenarios de violencia y abandono, donde en ocasiones se han encontrado cuerpos con señales de maltrato.
Al mismo tiempo, el paso del tren causa frecuentes retrasos a los habitantes de León, quienes deben esperar a que la locomotora despeje su camino, afectando su movilidad diaria.

Aunque el ferrocarril detonó el desarrollo económico de León en sus inicios, hoy en día, su función se encuentra en un balance entre utilidad y conflicto, ya que mientras sigue siendo clave para el transporte de mercancías, las historias de accidentes, hallazgos trágicos y obstáculos a la movilidad pintan un panorama complejo para este vestigio de la modernidad en la ciudad.
El ferrocarril, símbolo de progreso en el pasado, ahora refleja los desafíos contemporáneos de una ciudad que creció de forma competitiva a su alrededor en el marco del 449 aniversario de su fundación en 1576.