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jueves, marzo 28, 2024

Ventilación y medición de CO2, básicos para el análisis del regreso a clases presenciales: Infectólogo

León, Gto. El infectólogo Juan Luis Mosqueda advirtió que para el regreso a clases presenciales, será necesario adaptar protocolos para prevenir contagios de COVID-19. Uno de estos podría basarse en los medidores de dióxido de carbono, para regular la afluencia dentro de las aulas.

“Todos estuvimos de acuerdo en el cierre de escuelas con la contingencia, pero creo que hay que ir pensando cuándo y cómo deberían reabrir. Es claro que si solo nos guiamos por disminución de casos, al regresar subirán”, advirtió en su cuenta de Twitter.

Foto: especial

El especialista y actual director general del Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío (HRAEB), puntualizó que no se puede pensar en regresar a las escuelas igual que antes, pues se requiere de cambios derivados del aprendizaje en esta pandemia.

Explicó que para evaluar las medidas, lo más importante es centrarse en dos mecanismos de transmisión, que son gotas grandes de saliva y las partículas que viajan a través de los aerosoles.

“Olvidemos la transmisión por contacto, es prácticamente irrelevante para SARS-CoV-2, ese miedo permanente hacia las superficies es algo que ya debemos ir superando (…) Hablando de gotas grandes, miden más de 5 micras, que salen al hablar toser o estornudar y llegan a no más de 1.5 a 2 metros”.

Ante esa forma de contagio, recomendó que todos los alumnos usen cubrebocas y se propicie la sana distancia entre ellos, “así implique dividir grupos o cosas así, debe haber distancia”.

En cuanto a las gotas pequeñas, de menos de 5 micras, son los aerosoles que se acumulan en los espacios cerrados y poco ventilados. Estos brincan la barrera de la distancia, pueden llegar más lejos, porque se acumulan en el ambiente, por lo que se necesitaría abrir y ventilar suficientemente las aulas.

Foto: especial

“¿Cómo saber si tenemos adecuadamente ventilada un aula? Deberíamos ir haciendo ensayos en todas las escuelas, cada aula, con el número de niños que habría, todos con cubrebocas y teniendo clase. Para saber si el aula está bien ventilada, medir niveles de dióxido de carbono”, expuso.

En ese punto, secundó al también infectólogo Alejandro Macías al tomar como referencia el nivel de dióxido de carbono en un espacio abierto. Este es de 450 partes por millón y se incrementa en espacios cerrados.

“Para considerar que un interior está bien ventilado NO debería subir de 700-750 partes por millón, hay quien dice que podemos aceptar hasta mil partes por millón. Yo diría, hacer los necesario para mantener dióxido de carbono en el aula en menos de 750 partes por millón”, puntualizó.

En ese caso, indicó que para liberar ventilación se puede limitar el número de estudiantes, abriendo puertas y ventanas o incluso haciendo más si es necesario. A esto se sumaría organizar clases cortas con periodos de receso entre ellas para ventilar.

“El punto es: no se trata de volver un día a las aulas nomás así, como era todo antes, tiene que haber cambios y debemos irlos preparando (…) a veces creo que seguimos esperando a volver a la normalidad, debemos entender que eso ya no ocurrirá, tenemos que aprender y cambiar”, concluyó.

Los medidores de dióxido de carbono son aparatos electrónicos comunes cuyos costo en el mercado son variables. Los más comunes y compactos están a la venta desde los 2 mil pesos.

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