León, Gto. El Centro de promoción de los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes (NIMA) señaló que al ser Guanajuato la entidad que ocupa el primer lugar con mayor número de feminicidios y homicidios contra niñas, niños y adolescentes al registrar en los últimos cinco años 483 en el país, es propensa para que se comentan en cuarentena más agresiones.
La investigadora del NIMA, Rebeca Aguayo, aseguró que con ese antecedente debe tomarse en cuenta el riesgo que corren los menores durante la cuarentena.
De 2015 a la 2020, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública registró que se cometieron en México 3 mil 954 feminicidios y homicidios de niños, niñas y adolescentes. Guanajuato es la entidad que encabeza la lista.
Rebeca Aguayo explicó que considerando que los tres delitos atentan contra la vida, en promedio se han asesinado a 2 niñas y adolescentes mujeres al día, en el período registrado de 2015 a febrero 2020. Señaló que 2018 ha sido el año más violento para las niñas y adolescentes, en promedio se cometieron 2.2 asesinatos al día en México.
“A diferencia de los delitos por homicidios, los feminicidios contra niñas y adolescentes van en aumento año con año, siendo el 2019 con mayor registro, como se había mencionado anteriormente”.
Rebeca Aguayo puntualizó que si bien es importante reconocer el aumento de feminicidios en el contexto de aislamiento que se vive como sociedad, no se debe justificar en ningún momento que es a causa de la cuarentena.
“No perdamos de vista que los principales responsables son los agresores que encuentran legitimidad social y cultural, no sólo por parte de la sociedad, sino también por parte del Estado mexicano, que a través de su impunidad reitera simbólicamente”.
Por otro lado, sostuvo que el reto para la sociedad y las familias, el contexto del COVID-19 ahora parece más complejo, pero ha estado latente desde hace tiempo sobre como procurar el cuidado y la crianza de las niñeces y adolescencias libres de violencia.
Expuso algunas prácticas que pueden ir desencadenando lo anterior:
● Seamos capaces de escuchar a las niñas y adolescentes.
● Rompamos con la idea adultocéntrica de separar nuestras relaciones y espacios por nuestras edades.
● Cambiemos la representación social que tenemos sobre las niñas y adolescentes y reconozcámosles en igualdad de dignidad que cualquier otra persona.
● Construyámonos como adultas/os disponibles y seguras/os para con las niñas y adolescentes
● Denunciemos y abolicionemos toda práctica de violencia machista contra las niñas y adolescentes.
● Acompañemos sus procesos de autonomía.
● Construyamos espacios intergeneracionales, de aprendizaje, dialogo, reflexión y cuidado.
