Irapuato, Gto El presidente de la red estatal de los Centros de Rehabilitación Unidos del Bajío (CRUB), Nicolás Pérez Ponce, dijo que la estrategia denominada ‘Vive sin Adicciones’, programa que sustituye a Planet Youth, solo cambió de nombre, y señaló que “volverá a ser un fracaso”.
Pérez Ponce señaló que se requiere un mayor compromiso de las autoridades para con el trabajo que se realiza en los centros de rehabilitación, e involucrarse más allá de meras estadísticas.
“Nos daban una hoja, que consistía en información de los internos con quienes nosotros trabajamos, las edades, era como un censo, nos pedían un censo de cada uno de los usuarios que nosotros teníamos, entonces ellos agarraban ese censo y lo presentaban como que ellos trabajan con las adicciones cuando el trabajo lo hacíamos nosotros”, precisó.
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Destacó que las autoridades estatales dificilmente querrán destinar recurso para emplear personas y trabajar en el programa.
“Nos van a querer seguir utilizando pero nosotros ya no vamos a cooperar. Trabajamos con quienes padecen el problema y no se nos reconoce, como pasó con el Planet Youth que es un fraude y lo mismo va a pasar con lo que harán”, dijo.
De acuerdo con Pérez Ponce, por más de cuatro años ha tocado puertas, sin respuesta, pese alertar a las autoridades por el tema del uso de fentanilo, ataques armados a los centros de rehabilitación, y los nulos resultados del programa Planet Youth.
Por otro lado, descartó que las autoridades hayan tenido acercamiento para comenzar un censo sobre los centros de rehabilitación y añadió que que accederán a los apoyos para los centros de rehabilitación siempre y cuando busquen certificarse ante la Federación.
“Es complicado, es un permiso federal, un reconocimiento federal pero necesitaríamos áreas muy grandes, necesitaríamos contar con un médico de por lo menos ocho horas, necesitaríamos contar con enfermeras, enfermeros, psicólogos, ¿a cuánto subiría el costo de un tratamiento de estos?“, cuestionó.
Lo anterior al precisar que un médico cobraría 10 mil pesos a la semana y la gente con quienes trabajan son familias que no tienen el recurso necesario para pagar esos servicios y ellos no pueden acceder al apoyo porque les piden una certificación.
“La certificación son muchas cosas complicadas, no lo vamos a lograr para clínicas de prestigio es complicado para nosotros que trabajamos donde radica la enfermedad en un 80 u 90% donde están los pobres, donde las mamás tiene que trabajar para sostener un hogar y en cada una de esas casas hay un adicto“, subrayó.
De acuerdo con el líder de CRUB puede haber información que se puede integrar a un plan de trabajo contra las adicciones, pero, refirió, no todo consiste en charlas con madres y padres de familia, ya que ellos trabajan con familias que no tienen tiempo para ir a trabajar y sostener a sus otros hijos, la que no es sinónimo de que no le preocupe el que enfrenta la enfermedad, pero no lo pueden ayudar porque no hay economía.
“Hablan a un centro de rehabilitación donde les cobran 200 o 300 pesos es lléveselo, eso sí lo puedo pagar, llegan las autoridades y nos dicen no puedes trabajar porque te hace falta esto, te falta lo otro y en lugar de que nos dijeran para que des un menor servicio te vamos apoyar, no todavía nos cobran los permisos que nos piden”, enfatizó.
Añadió que en cuatro años han entregado directorios de los centros adheridos a CRUB, para rondines, pero nada relacionado con el censo anunciado por el Estado.