Guanajuato, Gto. Un aproximado de 800 estudiantes de la Universidad de Guanajuato tomaron las calles de la capital en rechazo a las decisiones tomadas por las autoridades universitarias en el convenio de seguridad, para el cual, denuncian, no fueron tomados en cuenta.
El movimiento que inició hace dos meses, tras la muerte de Ana Daniel Vega, no ha cesado y este martes la colmena volvió a zumbar ante el incumplimiento del convenio que se firmó en diciembre pasado, para atender la situación de violencia e inseguridad de la Comunidad Estudiantil UG.
La manifestación se acordó en la asamblea estudiantil que se celebró hace unos días para dar seguimiento a los compromisos adquiridos por autoridades universitarias, estatales y municipales, en donde se quejaron por no ser escuchados ni tomados en cuenta, entre otras cosas, en la integración de las comisiones de igualdad y seguridad.
Al filo de la 1:00 de la tarde de este martes, unos 300 estudiantes se congregaron en la Plaza Allende para marchar por las principales calles de la ciudad hasta el patio de estudios del edificio central de la Universidad de Guanajuato, en protesta por desconocimiento de las comisiones de seguimiento.
Antes de arrancar la marcha, leyeron un manifiesto en el que señalan que han sido ignorados por las autoridades universitarias, sobre todo en la integración de las comisiones, de donde dejaron fuera a académicas expertas en el tema.
“La Universidad de Guanajuato en un intento por apagar nuestros ánimos de lucha, ha conformado una serie de comisiones que atenderán nuestras exigencias expresadas en el Convenio, mismas comisiones que la comunidad desconoció en días previos. Sin embargo, dichas comisiones no fueron más que una simulación de participación estudiantil pues se conformaron por alumnado y personal académico a conveniencia de la autoridad universitaria”.
Reprocharon, que el rector, Luis Felipe Guerrero Agripino haya designado a Jesús Rodrigo Nájera como el nuevo director de Comunicación Social, cuando fue constantemente señalado por acoso sexual en el muro de la denuncia, que se instaló durante el paro de diciembre.
Con esto dejaron en evidencia la falta de voluntad que tiene el rector de la UG con la erradicación de la violencia de género al interior de la institución.
A su paso, más estudiantes se sumaron a la marcha que era encabezada por el grupo de feministas, seguido por la comunidad LGBTTIQ, el contingente llegó a más de 800 estudiantes, que todo el tiempo lanzaron consignas contra las decisiones de Luis Felipe Guerrero Agripino, y exigencias por la seguridad de la colmena universitaria.
Con listones amarillos que los identificaban como parte de la movilización, la Comunidad Universitaria ingresó el edificio central, subieron las escaleras hasta el tercer piso donde se ubica la oficina de la Rectoría General y ahí permanecieron por unos minutos. La toma simbólica se llevó a cabo como se tenía previsto.
Después, se dirigieron hacia el patio central donde volvieron a leer el manifestó de la comunidad, y exigieron que se reponga la integración de las comisiones.
Entre la protesta se escucharon las voces de algunos estudiantes sugiriendo volver a un paro, “Agri quiere paro, Agri quiere paro”, comenzaron a corear”.
Antes de concluir la protesta, la Comunidad leyó un comunicado que el rector general Luis Felipe Guerrero Agripino circuló en redes sociales.
La respuesta, vía medios digitales del rector, manifiesta el respeto al desconocimiento de las comisiones integradas el pasado 4 de febrero, y afirma que la institución está abierta a otras formas de participación de la comunidad universitaria para el seguimiento de los avances del convenio.
“En ese sentido, quedamos abiertos a cualquier propuesta concreta, ya sea para que se integren a las comisiones de referencia o para definir alguna otra forma de participación adicional”.
La respuesta de la Comunidad Estudiantil fue que las Comisiones integradas deberán “abolirse” y volverse a conformar.
