En refaccionarias y centros de reciclado de la ciudad las baterías de automóvil son compradas a los ciudadanos desde 7 pesos el kilo; mientras tanto el robo de autopartes se incrementa en León.
León, Gto. Una problemática que padece la capital mundial del calzado en sus calles es el robo de autopartes.
El ciudadano que lo ha sufrido sabe que no hay nada más tediosos que dejar un vehículo estacionado en la calle, aunque sea por unos minutos, y al volver encontrarse con daños y la falta de la batería eléctrica al revisar el cofre de su auto.
Hace unos días, el secretario de Seguridad Pública de León, Mario Bravo Arrona, sin dar cifras, comentó que este delito es uno de los que se ha incrementado en los reportes realizados al número de emergencias 9-1-1.
Según el portal de estadísticas delictivas de la ciudad de León, al finalizar el año 2019, se contabilizaron al menos 343 robos a vehículos, en los que se encuentran registrados, desde robo total y parcial de los mismos.
El primer mes de este año 2020 señala al menos 20 casos de robo a vehículo, sin embargo, uno de los modus operandi de los delincuentes es el robar las baterías cuando los automóviles están estacionados en la vía pública.
Varios casos han sido difundidos en redes sociales en donde denuncian a los responsables de los delitos de autopartes en León; desde el peatón que llega en bicicleta a robar la batería, hasta el grupo organizado de ladrones que andan en vehículos y camionetas con vidrios polarizados rondando la ciudad.
Ciudadanos afectados por este delito comentaron a Zona Franca, que de nada les sirvió denunciar a las autoridades ya que no tenían pistas sobre los responsables del robo.
Demanda de baterías
Uno de los entrevistados afectados es un mecánico de nombre Pancho. Él una vez dejó estacionada su camioneta en la calle Limbo en la colonia Obregón, para poder entregar una pieza que olvidó uno de sus clientes.
No fueron ni diez minutos los que duró su visita en el domicilio, del que al irse notó que su camioneta ya no encendía y eso que tenía el tanque cargado con gasolina. Él mismo sabía el diagnóstico: le habían robado la batería.
Para poder arrancar no le quedó más que salir a caminar en búsqueda de una refaccionaria en la que vendieran baterías eléctricas de automóvil. No batalló pues cada vez hay más lugares donde las venden y compran al público.
En uno de los negocios la batería nueva le costaba 650 pesos, en otro eran 850 pesos y el IVA se pagaba aparte. En otras le cobraban solo 30 pesos para ponerla a cargar en la corriente, pero tenía que llevar la batería que evidentemente le habían robado.
Durante un recorrido que este medio realizó se confirmó que en varias de las tiendas de baterías para automóvil, hay promociones si se compra la batería y se deja una vieja a cuenta.
A los clientes les hacen un descuento de casi 200 pesos y en los comercios estás se ofertan como baterías seminuevas y se venden desde los 300 a los 400 pesos, según el estado de la pila.
Otros negocios donde venden baterías como los centros de reciclaje, la oferta cambia, pues en lugares como la calle Rivera o la avenida La Merced, son compradas indiscriminadamente desde los 7 a los 14 pesos por kilo.
Una batería de motocicleta pesa casi 3 kilógramos y a pesar de que Arturo, un motociclista que remplazó su batería por una nueva, en una recicladora le dieron 21 pesos por la vieja.
Mientras que las baterías de automóvil tienen un peso promedio de los 10 a los 15 kilogramos por pieza, solo que a diferencia que las de motocicleta, estas son las que más son robadas.
En algunas de las refaccionarias las baterías son compradas a los ciudadanos en 180 pesos. En otras dan 90 pesos si la batería es chica o 140 si es grande. Según el lugar, pueden pagar hasta 160 pesos de batería si está en buen estado.
Cabe mencionar que en los negocios que compran baterías usadas no solicitan a los clientes facturas o recibos que comprueben la procedencia de las mismas, por lo que cualquiera puede llegar con una batería y venderla.
