Con información de Gabriela Montejano
Celaya, Gto. Una gorra azul salpicada de sangre, se ubica en medio de la calle Churubusco en la colina Arboledas de San Rafael, forma parte del escenario macabro y silencio, luego del asesinato múltiple perpetrado durante un velorio.
La colonia vive una tensa calma. Pocas personas se ven en la zona, muchos vecinos prefieren no hablar del tema por miedo.
Dos horas antes del ataque al funeral en esa noche del jueves, dos hombres armados se metieron a un domicilio de esa misma colonia. A unas cuadras del escenario de la masacre, irrumpieron y ejecutaron a dos mujeres, una murió en el momento y la otra fue trasladada a atención médica. Los perpetradores escaparon.
Después vino la masacre. La fachada de la casa guinda con blanco, donde se realizaba el funeral, quedó marcada con más de 12 impactos de bala.
En ese lugar José Gilberto era velado por familiares y amigos. Él fue asesinado el pasado 05 de enero, en la colonia Los Olivos. Su padre y hermano ahora forman parte de las nueve víctimas ultimadas durante la exequias.
El mediodía del viernes, solo algunos niños paseaban tranquilamente sobre la calle Churubusco. Sus bicicletas conviven con prendas de ropa, vasos de unicel, velas, sangre, gasas médicas y botellitas vacías de alcohol de tapita roja, que eran de los seis amigos de José Gilberto, quienes estaban en el camellón frente al funeral.
“Eran amigos (…) les decían el escuadrón de la muerte porque tomaban puro alcoholito. Habíamos cerrado la calle y cuando entró la camioneta pitó para que los dejaran pasar, era una 4×4 negra. Eran cuatro personas”, relató un vecino, quien omitió su identidad.
En la zona, varios agentes de la Agencia de Investigación Criminal, (AIC) siguieron con las indagatorias del ataque que fue captado por varias cámaras de vigilancia en la zona.
