Silao, Gto. Entre protestas por oficiales asesinados, el director de la Dirección General de Seguridad Ciudadana y Vialidad de Silao, Luis Felipe Hernández Lara, dejó su puesto.
José Antonio Trejo Valdepeña, presidente Municipal de Silao de la Victoria, presentó al licenciado Rómulo Catalán como encargado de Despacho, luego del ataque artero en el que 3 oficiales fueron emboscados en sus patrullas cuando recibieron un falso reporte de balacera en la colonia Joyita.
Con este atentado suman 6 los agentes fallecidos en el mes de junio en un transcurso de menos de quince días. En lo que va del año son 8 los policías asesinados en Silao.
El lunes el exdirector Luis Felipe Hernández Lara, en plena incapacidad por una cirugía llegó al edificio de la corporación a tratar las inquietudes de la tropa policíaca, pues los agentes temían por sus vidas y se negaban a salir a patrullar sin antes hablar con un mando superior.
Durante entrevista con distintos medios de comunicación, Luis Felipe aseguró que la corporación entregaría un pliego petitorio solicitando mayor operatividad al Estado. Horas después su cambio fue anunciado de manera formal.
El martes los policías municipales por segundo día consecutivo se negaron a patrullar, a pesar del cambio de mando hecho antes por el Gobierno municipal.
Ante la falta de congruencia en las peticiones hechas a sus superiores como servicio médico, vigencia en el seguro de vida y el aumento de sueldo, los oficiales no salieron a patrullar hasta poco después del mediodía.
Personal de comunicación social consultado por Zona Franca, aseguró que las peticiones de los elementos fueron escuchadas y atendidas de manera personal por Romulo Catalán.
Derivado de estos acercamientos, se ha formalizado las peticiones para que el Gobierno municipal llegue a un acuerdo con los elementos.
Los oficiales que comenzaron el turno patrullando aprovecharon para despedir con honores a los agentes Julio, Antolín y Eduardo, quienes yacían a lo lejos, en el Panteón Municipal.
El miércoles los oficiales salieron a las calles a patrullar sin protestar durante el cambio de turno, pues el proceso de entrega y atención a los elementos corría su curso en las diligencias municipales.
