El presidente Felipe Calderón achacó ayer, en el entorno aparejado a la batalla que libra el Gobierno contra el crimen organizado, la muerte de “miles” de mexicanos a la industria armamentista de los Estados Unidos y a su mero afán de lucro.
“Yo lo digo abiertamente, por el lucro (y) por las ganancias que le produce a la industria armamentista norteamericana: yo acuso a la industria armamentista norteamericana de miles de muertes que están ocurriendo en México”, denunció el primer mandatario, de visita en San José, California (EU).
Reunido con unos 600 trabajadores de origen mexicano avecindados aquí, el mandatario exigió “que se ponga orden” a la venta de armas en tiendas estadounidenses. Calderón recordó que ya había planteado ante congresistas estadounidenses que la venta de armas de asalto va a parar a manos de los criminales que asesinan en México.
El presidente dijo que era necesario retomar la propuesta que alguna vez formuló el entonces presidente William Clinton, para prohibir la venta de armas de asalto. “Tienen que tomarse medidas, porque esto no es un problema sólo de México. Éste es un problema de corresponsabilidad; el hecho de que vivamos al lado del mayor consumidor de drogas del mundo y que todo mundo quiera venderle droga a través de nuestra puerta o nuestra ventana, y que además, el amigo mismo le venda armas a todos los criminales. Éste es el meollo y el problema de lo que estamos viviendo”, sostuvo.
En contrapartida, el mandatario mexicano dijo que en cuatro años su Gobierno ha arrebatado 104 mil armas –rifles de asalto AR-15, AK-47–, 11 millones de cartuchos y 10 mil granadas a los criminales. “Y saben qué: hemos demostrado, y lo han reconocido las autoridades americanas, que por lo menos el 85 por ciento de esas armas, más de ocho de cada diez, fueron vendidas en una tienda de armas en Estados Unidos”.
Con ese panorama de por medio, Calderón elogió el papel de las Fuerzas Armadas, reivindicó su decisión de dar la pelea al crimen y de paso fustigó a los Gobiernos que se desentendieron de la tarea de perseguir a la delincuencia.
“No se le puede pedir a un presidente, simplemente, que no se meta, que no haga. ¿Qué hacemos, entonces, con esas familias que están sufriendo? ¿Qué hacemos con esa gente que le exige con toda razón a sus Gobiernos, y lo digo en plural, porque luego parece que eso es solo tarea del presidente de la República?”, cuestionó.
En ese tenor, consideró que es menester empeñar “toda la fuerza del Estado” para salir en auxilio de una familia amenazada por el narco. “Hay que enfrentar y combatir a los criminales. Nada de que ‘yo no los veo’, nada de que ‘mejor ni te metas’. No. Si se están apoderando de este pueblo, vamos a darle y vamos a sacarlos de ese pueblo. ‘Pero es que tienen armas muy poderosas’. Nosotros tenemos armas muy poderosas. ‘Pero es que tienen una organización muy sofisticada’. Nosotros también tenemos organizaciones muy sofisticadas, muy fuertes y muy disciplinadas: el Ejército, la Marina Armada de México y la Policía Federal”, planteó.
Con información de agencias.
