Luego de que el martes por la mañana, un grupo armado atacara a dos policías ministeriales, donde murió uno de ellos y dos civiles más, se tuvo que adelantar la reacción de intervención e investigación que lleva la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), para descartar vínculos entre la policía y el crimen organizado.
“Lo que sucedió fue que hubo algún desafortunado hecho, que llevó en un momento a modificar el esquema que se venía, en un momento dado, planteando. Habría que reaccionar porque ya no solamente habían atentado contra la vida de nuestros policías ministeriales”, dijo el secretario de Gobierno, quien no definió si se han detectado vínculos.
Por ello, fue llamado a declarar el jefe de la Policía de Celaya, Martín Rodríguez Olvera, y dado de baja por orden de la alcaldesa Rubí Laura López desde este martes.
“Había que reaccionar rápido y había que hacerlo de manera diferente”, refiere López Santillana, al aclarar que las depuraciones que se hacen en corporaciones policíacas, obedecen a estrategias planeadas derivadas de las investigaciones que sigue la PGJE en contra del crimen organizado, “el objetivo es pegarle a la delincuencia organizada en nuestro estado”.
Por ello, la vigilancia e investigación comenzó a partir de este martes en Celaya, donde la corporación de Policía será investigada a fin de descartar posibles vínculos entre policías y el crimen organizado, tal como ya se ha dado en municipios vecinos.
