Aunque al gabinete de Juan Manuel Oliva le hubieran venido bien recambios desde hace algunos meses, quizá años, lo cierto es que el fichaje del ex coordinador de delegaciones del IMSS, antes que eso diputado federal, Éctor Jaime Ramirez Barba, le viene a dar un oportuno respiro en un área clave.
Si hay una dependencia que ha crecido su manejo presupuestal y su carga administrativa de manera exponencial, esa es la Secretaría de Salud después de la instrumentación del Seguro Popular. Jorge Armando Aguirre, un hombre sencillo y entusiasta, carecía de las capacidades administrativas para soportar esa responsabilidad, tal y como ya lo empiezan a arrojar las indagaciones de la Secretaría de la Gestión Pública de Luis Ernesto Ayala.
El relevo se produce para controlar daños, pero también para reorientar el trabajo de una dependencia con programas de alto impacto social. Por si fuera poco, recibe un empujó nada desdeñable el proyecto de Miguel Márquez Márquez, de quien Ramírez Barba ejercía como coordinador de una campaña que oficialmente no existe.
¿Será que Oliva ya aprendió a hacer carambolas de tres bandas?
