El también líder del sector agrario, solicitó también que se integre a los productores de maíz directamente con los productores de masa, a través de la agricultura por contrato y que se cree un fideicomiso con el gobierno federal, a fin de que se implemente un subsidio directo y focalizado a la población más pobre para la tortilla de nixtamal.
“El día de hoy implicaría consolidar una iniciativa de los compañeros y compañeras de las diferentes organizaciones en el sentido de trabajar en coincidencia, tanto en la Cámara de Diputados, como en el Senado de la República, pero también nos va a permitir el que resolvamos un problema que hoy está latente con la falta de inventarios de maíz en el mundo y en nuestro país.
Esto ha provocado indiscutiblemente que el precio de la tortilla se dispare en las diferentes regiones del país”, mencionó.
El punto que se sometió hoy al pleno cameral, “se relaciona con una cadena productiva, con los consumidores y con la emergencia económica que se requiere, con la emergencia alimentaria, en donde tenemos problemas que impactan directamente a la canasta básica de los mexicanos y mexicanas”, dijo Sánchez García.
Es de mencionar que la cadena productiva maíz-tortilla involucra a 2.8 millones de productores del campo, 84 mil tortillerías, 42 mil molinos y una derrama económica de 65.5 mil millones de pesos anuales, además de que genera unos 350 mil empleos directos en el país.
México es el cuarto productor y consumidor de Maíz en el mundo y el primero en la producción de maíz blanco –pese a su baja producción en promedio de 2.4 toneladas por hectárea– con más de 20 millones de toneladas anuales. De éstas, el 42 por ciento se destina a la elaboración de tortillas. El resto se destina para otro consumo humano como atoles, tamales, pozole, frituras, cereales, elotes, entre otras.
En el 2000 el precio del kilogramo de tortilla era de 3.0 pesos, actualmente ya se puede encontrar en un rango de 9.50 a 16.0 pesos, esto es entre 217 por ciento y 433 por ciento más caro. En otras palabras, si hace 10 años un kilogramo de tortilla representaba el 15 por ciento del salario mínimo, hoy en día supera el 33 por ciento.
