La Habana, Cuba.- El vocero de un grupo de disidentes que ocupó un templo en Cuba informó que no esperan ver personalmente al Papa Benedicto XVI durante su visita a la isla, pero sí que el Pontífice sea un mediador de su demandas.
Fred Calderón, una de las 13 personas que el martes ingresaron a la capitalina Iglesia de la Caridad, dijo a The Associated Press en entrevista que las demandas van desde acceso a la información a la instalación de un gobierno provisional en la isla.
“Queremos que él interceda por nosotros… que sea un mediador de nuestras demandas”, señaló el jueves en una llamada telefónica.
Benedicto XVI llegará a Santiago procedente de México el 26 de marzo y concluirá su vista el 28 en La Habana. En cada una de las ciudades oficiará una misa.
La iglesia permaneció semicerrada el miércoles y jueves. Un recorrido de la AP mostró que en la zona no hay presencia policial ostensible y que el vecindario continúa sus actividades con normalidad.
Las autoridades religiosas afirmaron que la ocupación es irrespetuosa y los disidentes son “irresponsables”. Consideraron imprudente por parte de los activistas usar las parroquias como “trincheras” políticas.
“No creo que (la toma del templo) tenga impacto” en las relaciones entre la oposición y la Iglesia, comentó a la AP el líder de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez .”Los sectores más antiguos de la disidencia no aplaudieron la ocupación del templo”, reconoció.
La bloguera Yoani Sánchez, sin parentesco con el líder de la Comisión, dijo en un tuit: “En lo personal la acción de tomar el recinto de una Iglesia como lugar de protesta me parece invasivo e irrespetuoso”.
La disidencia cubana tiene fuertes nexos con la Iglesia, que negoció con el gobierno cubano en julio de 2010 la salida de los últimos presos políticos de conciencia (pacíficos) que estaban en las cárceles. También abogó por que cesaran los actos de repudio por manifestantes progubernamentales a esposas los encarcelados.
Calderón dijo que quieren que el Papa le pida en su nombre al gobierno cubano libertad para presos políticos, derecho pleno a la propiedad privada, acceso a la información, que se eliminen los requisitos para que los cubanos viajen y la instalación de un gobierno provisional, entre otros.
La agenda del Pontífice, de 84 años de edad, no prevé encuentros con disidentes, miembros de otras religiones o personalidades fuera de la cúpula de gobierno.
“No vamos a salir”, manifestó Calderón. “Nosotros no vemos a la Iglesia como una trinchera sino como un refugio”, agregó en alusión a los duros calificativos de la Iglesia.
Informó que habían sido visitado varias veces por el canciller del Arzobispado de La Habana, monseñor Ramón Suárez Polcari, que les ofreció traer a un funcionario de gobierno para que hablen con ellos.
Según Calderón, el grupo se encuentra sin comer –aunque tomando agua– desde que entraron a la Iglesia. Dijo que Suárez Polcari rechazó comprarles alimentos pagados por los propios disidentes.
Ningún vocero de la Iglesia hizo comentarios sobre este punto.
Posteriormente otro de los ocupantes, Vladimir Calderón –sin parentesco con el anterior– indicó que se le había permitido a la hija de uno los activistas entrar con panes y leche.
En una entrevista telefónica dijo a la AP que los ocupantes tienen un promedio de 40 años y pertenecen a varios grupos pequeños sin personería jurídica y a veces efímeros.
Actualmente ninguno de los 13 tiene trabajo fijos. Hay antiguos empleados gastronómicos, amas de casa , licenciados en cultura física y un técnico en bibliotecología.
Los nombres de los ocho hombres y cinco mujeres adentro de la parroquia no son muy conocidos entre los propios disidentes, ni tienen una historia de activismo largo.
Los medios cubanos de corte estatal, que hasta la noche del miércoles habían guardado silencio, comenzaron a reproducir el jueves la nota del oficial de la Iglesia de la víspera –en la cual se confirmaron los hechos y se condenó la toma–, pero no hicieron comentarios propios.
