El embajador de Estados Unidos en México Carlos Pascual presentó su renuncia ante el presidente Barack Obama y la Secretaria de Estado Hillary Clinton.
Clinton asegura que ella y el presidente estadunidense están particularmente agradecidos con Carlos Pascual por sus esfuerzos por mantener la moral y la seguridad del personal norteamericano después de los trágicos tiroteos en México que mataron a cuatro personas de nuestra “familia” el año pasado.
El embajador Pascual tomó la decisión de regresar a Washington basado en su deseo personal de asegurar la fuerte relación entre ambos países y evitar que cuestiones planteadas por el presidente Calderón pudieran distraer la atención de asuntos importantes para el avance de “nuestros intereses bilaterales”.
La secretaria Clinton informó que la renuncia fue aceptada y que han pedido a Carlos Pascual permanecer en México para ayudarlos a organizar una transición ordenada.
Los periodistas especulan en Twitter
Jorge Ramos, periodista mexicano de Univisión, especula sobre la renuncia, le parece sospechoso que si apenas el viernes Hillary Clinton lo respaldara, hoy acepte su renuncia.
Aparte de Ramos, algunos periodistas ven relación entre su salida y las filtraciones de Wikileaks. Enrique Acevedo, periodista de Telemundo, dice que no son por los textos filtrados, sino por los que saldrán a la luz.
El Embajador y el Presidente no se hablan
“¿Ya sabes que el presidente Calderón y el embajador Pascual ni siquiera se hablan?”. El rumor corría desde hace semanas pero ni en Los Pinos ni en la Embajada soltaban prenda sobre la supuesta ruptura de relaciones entre el presidente Felipe Calderón y el embajador Carlos Pascual.
El presidente de México llamando ignorante al embajador de los Estados Unidos. Sin embargo, el embajador Carlos Pascual siguió en su puesto. Los rumores sobre el desencuentro, ya muy bien asentados en las propias declaraciones del presidente, siguieron creciendo hasta que Felipe Calderón llegó a Washington para entrevistarse con Barack Obama. En una reunión previa con periodistas y editores de The Washington Post, el presidente mexicano volvió a expresar su malestar con el embajador. Calderón se refirió al cable donde Pascual acusa al Ejército de ser lentos, estar mal preparados y sufrir aversión al riesgo: “Es difícil cuando ves el coraje del Ejército. Por ejemplo, ellos han perdido probablemente 300 soldados… y de pronto alguien en la embajada americana dice que no son lo suficientemente valientes”. De forma sarcástica, Calderón contó a los periodistas del Post que en México existe una expresión que dice: “No me ayudes, compadre”. Y añadió que la confianza es “algo difícil de construir y muy fácil de perder”. Más claro, agua. Si bien, cuando los periodistas preguntaron al presidente Calderón si estaba dispuesto a seguir trabajando con el embajador Pascual, respondió: “Tal vez hablaré de esa cuestión con el presidente Obama”.
Con información de agencias
