Carreteras urbanas

Sin duda todos los municipios requieren del apoyo de los gobiernos estatal y federal para generar infraestructura vial. Ello ocurre principalmente en las partes periféricas de sus centros de población.
Sin embargo es claro que al paso del tiempo, normalmente de muy poco tiempo, esa infraestructura queda a cargo de cada municipio.
Si nos fijamos un poco veremos que la mayoría de accesos carreteros o libramientos que hay en nuestros municipios, independientemente de que algunos hayan sido hechos con recursos federales o estatales, han pasado a ser parte de las calles del municipio correspondiente.
No es casual que tales obras se vuelvan parte de la jurisdicción del municipio en cuestión. La propia Constitución Federal contempla que las calles son parte de los servicios públicos a cargo de los ayuntamientos, así que tener el control de aquellas que quedan comprendidas dentro de la zona urbana respectiva resulta una cuestión fundamental para la adecuada regulación de lo que sucede en la cabecera municipal.
Lo curioso es que en el caso de la ciudad de Guanajuato no es así. La llamada carretera panorámica, cuya primera etapa fue construida en la década de los sesentas y que circundaba el centro de población de aquel entonces, es administrada por el gobierno estatal. Igualmente sucede con la carretera que llega hasta la zona de pozuelos, justo hasta antes de entrar al túnel que lleva de esa zona a Embajadoras, el boulevard Euquerio Guerrero o el nuevo acceso Diego Rivera; y ni que decir de las llamadas “curvas peligrosas” y demás accesos.
En ese contexto es que llama la atención la posición del ayuntamiento capitalino, como fue consignada en una nota del periódico “a.m”, en la que se menciona su interés porque le sea entregada únicamente la carretera panorámica. Sus argumentos no son el respeto del territorio municipal, o la adecuada interpretación del artículo 115 constitucional, sino “ofrecer más seguridad a los habitantes de la zona. Y es que a lo largo de la carretera, algunas personas dejan estacionados sus vehículos hasta por 30 días. Además, no respetan las señales viales, se estacionan en lugares prohibidos y manejan a exceso de velocidad. También obtener la jurisdicción de la carretera serviría para atender con rapidez los percances viales, ya que en ocasiones Tránsito del Estado demora en llegar al lugar del accidente”.
Me atrevo a decir que llama la atención la argumentación, pues si esos problemas se vivieran sólo en la carretera panorámica podría ser correcta. Sin embargo, los que vivimos en esta ciudad y quienes la visitan sabemos que ese desorden vial ocurre en cualquier parte, que los problemas de inseguridad se viven en muchos de nuestros barrios, y que si eso fuera cierto se le estaría pidiendo al gobierno del estado la entrega de todas estas carreteras urbanas.
Sin duda hace falta que el gobierno del estado, en cabal cumplimiento de la ley, entregue al municipio las vialidades que aún están a su cargo dentro del centro de población, para que el ayuntamiento sea quien las opere en pleno respeto de su autonomía.
Corresponderá entonces a Guanajuato capital garantizar el adecuado manejo de esas calles, como parte de un servicio público esencial. Esto será de gran interés, sobre todo si tomamos en cuenta algunos antecedentes de atención a otros servicios públicos a su cargo.