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jueves, abril 25, 2024

Cómo vender la guerra en Libia

Después de un mes de haber iniciado la interveción militar en Libia y con Muamar Gadafi aún fuerte, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido empiezan a replantearse una pregunta: ¿cómo se vende una guerra a la opinión pública?
Poco a poco se ha ido descubriendo que el conflicto en Libia puede ser más largo, complicado y costoso de lo que creían.
Reino Unido, Francia e Italia dieron un paso más en el conflicto al anunciar el envío de militares a Libia para asesorar a los rebeldes, aunque negaron que se vayan a involucrar directamente en los combates.
Pero tiempos de crisis económica, austeridad y cansancio con las guerras previas de Afganistán e Irak, los líderes de esos países enfrentan ahora el reto de mantener el apoyo de la opinión pública.
Justificar una guerra suele ser tarea ardua, y en el caso de Libia los líderes de Estados Unidos, Reino Unido y Francia parecen dispuestos a ajustar el mensaje en la medida en que evolucionan el conflicto y la opinión pública.
De entrada, buscaron legitimar la intervención en Libia (y de paso marcar una diferencia respecto al antecedente de Irak) con una resolución de las Naciones Unidas que la avalara y tuviera el apoyo de la Liga Árabe.
El Consejo de Seguridad de la ONU autorizó “todas las medidas necesarias” para proteger a los civiles libios de los ataques de Gadafi, pero excluyó la posibilidad de una “fuerza de ocupación extranjera” .
Mientras la resolución 1973 de la ONU era aprobada el 17 de marzo, las encuestas mostraban que una amplia mayoría de estadounidenses era contraria a que su país se embarcara directamente en otra guerra.
Sin embargo, el apoyo a la zona de exclusión aérea fue aumentando con el paso de los días en Estados Unidos, a medida que el gobierno de Barack Obama insistía en que Libia era una misión pasajera y no sería otro Irak.
La salida de Gadafi ha pasado a ser un deseo popular en EE.UU., Francia, Gran Bretaña e Italia.
El público británico estuvo en principio dividido ante los ataques aéreos de sus aviones y los aliados en Libia: 38% los apoyaban y 35% los consideraban un error, según una encuesta realizada a fin de marzo.
En Francia, cerca de tres de cada cinco personas rechazaba la intervención en Libia, según una encuesta de IFOP a comienzos de marzo.
Pero una vez que los aviones franceses tiraron las primeras bombas contra las fuerzas de Gadafi, en medio de un activismo sin pausa del presidente Nicolas Sarkozy, el apoyo pasó a ser rápidamente mayoritario.
De hecho, la salida de Gadafi pasó a ser un deseo popular en países occidentales.
Una encuesta de Reuters/Ipsos MORI indicó la semana pasada que la mayoría de estadounidenses (71%), británicos (63%), franceses (67%) e italianos (76%) cree que Occidente debe tener como meta la partida de Gadafi.
El cambio de régimen en Libia nunca fue una meta explícita de la resolución 1973 de la ONU.
Sin embargo, los rebeldes libios han sido incapaces de avanzar de forma sostenida hacia Trípoli pese a los ataques aéreos internacionales contra las fuerzas de Gadafi.
“Contábamos con un derrumbe del régimen ante el empuje de los insurgentes y bombardeos de la coalición, pero nos damos cuenta que eso no funciona”, dijo Daguzan.
Esta semana, el Reino Unido, Francia e Italia anunciaron separadamente el envío de militares a Libia para asesorar a los rebeldes. Londres indicó que serían hasta una docena y París indicó que serían menos de diez. Roma habla de diez.
Con información de la BBC

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