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sábado, abril 20, 2024

Culpa CNC al PAN por “fracaso en el campo”

Gerardo Sánchez García, en el recinto de San Lázaro. Foto: ZonaFranca

El diputado federal Gerardo Sánchez García, presidente de la Confederación Nacional Campesina, aseguró hoy que la disminución de la soberanía alimentaria y la falta de acciones para el fortalecimiento productivo del sector agroalimentario, muestran el fracaso de la política panista hacia el sector rural.

En conferencia de prensa ofrecida en el recinto de San Lázaro, el líder de la CNC manifestó que a pesar de que en el mundo el sector agropecuario es estratégico y fundamental para el bienestar de la población, en México se ha descuidado y disminuido a partir del año 2000, por la falta de políticas y programas de gobierno en el agro.

En consecuencia, dijo que la pobreza rural se ha agudizado, las familias se desintegran por la migración y la soberanía alimentaria se debilita y crecen las importaciones de granos.

“El gobierno no ha aplicado de forma adecuada el Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable; reduce los programas sociales-asistenciales, con un claro tinte electoral e interpreta a conveniencia e implementa los programas de forma discrecional”, comentó.

Todo esto, agregó el dirigente, pesar de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha promovido una legislación vanguardista y congruente con las demandas del sector e impulsada mayores recursos presupuestales para el campo, que en cambio el gobierno los dirige a otros rubros.

“Para el PRI, destacó a nombre del grupo parlamentario en la Cámara de Diputados, el desarrollo integral del sector agropecuario, forestal y pesquero es un asunto de seguridad nacional y la soberanía alimentaria debe ser un objetivo fundamental del Estado, y reclama al gobierno panista los errores en las políticas dirigidas al sector.

Mientras que Estados Unidos, Canadá, los países europeos y asiáticos protegen su producción agropecuaria, en México se han desmantelado los instrumentos de fomento y se ha caído en la dependencia alimentaria en productos básicos.

Y, por si fuera poco, cabe recordar que en el IV Informe del actual Gobierno, se estima que las importaciones de soya representaron en 2010 el 94.5 por ciento del consumo nacional; las de arroz el 74.0 por ciento; las de trigo el 42.0 por ciento y las de maíz el 25 por ciento.

La balanza agropecuaria tuvo un aumento en su déficit de mil 153 millones de dólares en el periodo 2000-2006, creció en un 93.2 por ciento; pero, en el periodo 2006-2008 el déficit fue mayor en 4 mil 483 millones de dólares, 187.6 por ciento mayor respecto a 2006 y 455.6 con respecto al 2000. En total, desde 2000, el aumento del déficit agroalimentario fue de más de 5 mil 600 millones de dólares.

Gerardo Sánchez García dijo que las importaciones de maíz han ido en aumento y los incrementos en los precios de algunos productos han presionado los costos de la producción agropecuaria. “Más del 75 por ciento de los cultivos se realizan en áreas de temporal, lo que implica la necesidad de implementar políticas dirigidas a la tecnificación de riego que reduzcan la dependencia de cultivos temporaleros; sin embargo, la Sagarpa, en 2010, sólo destinó el 1.3 por ciento de los recursos del total de su presupuesto para impulsar nuevas superficies de riego, lo que indica que el gobierno federal realiza programas emergentes y de corto plazo, carentes de metas y objetivos de mayor alcance que promuevan el desarrollo sostenido del sector”.

Una de las demandas del PRI, indicó,  es impulsar el crédito con el objetivo de promover el crecimiento del sector rural, pero el gobierno panista considera que el Programa Nacional para el Financiamiento del Desarrollo, no es para productores rurales de bajos ingresos, ya que el campo se encuentra abandonado y no hay interés de la banca para financiar proyectos, de hecho no hay una banca de desarrollo solida y que atienda de forma adecuada al sector.

De acuerdo con datos del Banco de México, la banca privada otorgó al sector agropecuario 33 mil 727 millones de pesos en 2010, menos del 38 por ciento que en 2000, esto es 54 mil 454 millones, así, el crédito al sector sigue siendo insuficiente y en muchas ocasiones los principales beneficiarios que canaliza el gobierno al sector agropecuario son los grandes productores, lo que termina por restringir el financiamiento para los pequeños.

El líder de la CNC consideró también que la falta de empleos reduce el nivel de ingreso y recrudece las condiciones de pobreza en que vive la población rural y que los gobiernos recientes no han compensado la falta de ingreso de esta gente, por lo que, datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), hay 19.5 millones de personas en pobreza alimentaria, de los cuales 7.2 millones se ubican en zonas urbanas y 12.2 millones en rurales. Y la reciente alza de precios de los alimentos deteriora aún más la situación de la población en esta situación, lo que conlleva a una pérdida del poder adquisitivo.

“Así, afirmó, entre 2000 y 2010, el salario mínimo de los trabajadores del sector agropecuario decreció 7.4 por ciento en términos reales, mientras que la canasta básica aumentó 65 por ciento en el mismo periodo. Entre 2000 y 2011, la modificación, compactación, escisión o desaparición de programas ha sido una constante y en el área de apoyos a la producción, por ejemplo, la Alianza para el Campo se ha transformado en tres ocasiones a Activos Productivos y Apoyo a la Inversión en Equipamiento e Infraestructura, con implicaciones conceptuales y prácticas, lo que demuestra la falta de un objetivo puntual y definido y el desorden de una política agropecuaria”.

El político guanajuatense señaló que de acuerdo con el VIII y IX Censo Ejidal, elaborados por el INEGI, los productores que no recibieron capacitación en asistencia técnica, manejo o cuidado de animales, derechos agrarios y comercialización, aumentó de 21 mil 749 en 2001, a 23 mil 99 en 2010. Esto, refleja el desinterés del gobierno panista por la educación y capacitación de los productores del campo.

Por si fuera poco, los programas de la Sagarpa se caracterizan por contener reglas de operación cambiantes y su complejidad dificulta el seguimiento de la asignación de los recursos, sus modificaciones generan incertidumbre; la burocracia hace que los recursos sean inaccesibles y la discrecionalidad en el reparto de éstos dificulta la transparencia y la rendición de cuentas de los diversos programas.

Por todo esto, concluyó el dirigente de la CNC, las actividades agropecuarias han dejado de ser vistas como fuentes atractivas de empleo debido a la baja rentabilidad y a la falta de acceso a recursos financieros en el campo. Por lo cual, según datos de la ENOE, al cuarto trimestre de 2000, son 6 millones 877 mil personas las que se ocupaban en actividades primarias, mientras que para el tercer informe de 2010, esta población descendió a 5 millones 903 mil personas; es decir, que el número de trabajadores que dejó de laborar en el campo fue de más de 974 mil.

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