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domingo, abril 28, 2024

Demasiados gobiernos

Estábamos el otro día viendo la catedral de Mérida, Yucatán, que construyeron los religiosos católicos españoles todavía en al siglo XVI, a unas cuantas décadas de le fecha inaugural de la Conquista: 1521. En esos parajes donde no era fácil erigir una choza los arquitectos colonialistas fueron capaces de levantar una mole inmensa y altísima, como el templo que era y sigue siendo.

Al contemplarla tuve una percepción: si Dios no es real, la fe sí es real, las creencias sí son reales y tangibles, el templo es real: se puede tocar y es además, y sobre todo, un símbolo de poder, como la nueva Cámara de Senadores.

Si en algún campo se puede estimar la arquitectura como símbolo del poder es en la construcción de templos. Son una presencia brutal, por lo menos del poder terrenal. Luego entonces qué era esa organización religiosa durante los 300 años de la Nueva España y luego de la Independencia: era una forma de gobierno tácito; era un Estado dentro del Estado; era un gobierno paralelo, eterno, vitalicio, no electo, no como resultado de la voluntad de la gente, que no podía ni debía competir con el gobierno de la República. Y de eso el presidente Juárez se dio cuenta y le puso límites. El poder no se comparte. Tampoco el gobierno. Entonces el oaxaqueño obró en consecuencia y acotó los poderes fácticos.

Y es que vivimos bajo diferentes tipos de gobierno. El gobierno de los bancos, de la banca decente, Citibank (Banamex), la banca de Hong Kong y Shangai (HSBC), la banca Santander, Scotiabank, la de Bilbao, y también la de Monterrey. Todos ellos en nuestra vida cotidiana son un gobierno.

Y sucede así también con los medios audiovisuales, la radio y la televisión, es decir, Televisa, es decir, Teleazteca, en menor parte. Ha sido tal el poder que los diferentes gobiernos priístas y panistas le han permitido acumular a Televisa que ya el consorcio encabezado está en condiciones de poner Presidente de la República. Y lo está poniendo ya. Vivimos pues también bajo el gobierno de Televisa y el año que entra mucho más. La Cámara de Diputados se acaba de poner a sus pies la semana pasada aprobándole leyes que le favorecen.

El otro gobierno es la Iglesia. Empezó por establecerse en forma de templos que tenían que competir en arquitectura con los pirámides mayas y otros majestuosos templos prehispánicos. La participación política de la Iglesia católica suele ser muy discreta. No abiertamente desde el púlpito, como en las películas de Luis Buñuel. No. Es en corto. En la relación personal del sacerdote con la grey. No vayan a votar por el Peje, les puede decir, como se los dijo en 2006. Al obedecerle muchas personas arriesgan la vida cuando no usan anticonceptivos o preservativos. Es gobierno. Tiene la capacidad de decirle la gente lo que hay que hacer, lo que está bien y lo que está mal.

Otro de estos poderes es el constituido de hecho por el crimen organizado, concretamente en ciertos regiones del territorio nacional, Michoacán, el Noreste, en Tamaulipas, donde el Estado mexicano ya no está. Es aterrador que el Presidente haya reconocido en Vallarta que los cárteles de la droga se conforman ya como un Estado paralelo al suplir funciones del gobierno.

Es un Estado fragmentado y compartido, pues, con la Iglesia, Televisa, los narcos, los bancos, los empresarios.

@Campbellobo

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