Luego de que la organización Human Rights Watch (HRW) e insurgentes enfrentados al régimen del coronel Muamar Gadafi acusaron a al gobierno libio del uso de bombas racimo en zonas residenciales durante los combates, la noche del viernes se emitió un desmentido por parte del ejército oficialista.
“De ninguna manera. Ni moralmente, ni legalmente, no podemos hacer eso contra nuestra población civil. Cuando se usa esas bombas, las pruebas se mantienen durante días y semanas”, dijo Musa Ibrahim, portavoz del gobierno, a los periodistas que lo interrogaron al respecto, reseñó AFP.
“Nosotros sabemos que la comunidad internacional va a venir a nuestro país muy pronto. Así que no podemos hacer eso. No podemos culparnos a nosotros mismos, si somos realmente criminales”, dijo.
HRW había declarado: “Estas bombas representan un riesgo para los civiles, durante los ataques porque causan estragos no buscados y, posteriormente, porque las cargas que no estallan se quedan dispersas” en el terreno, dice HRW.
“Los informes de esas organizaciones me parecen surrealistas”, dijo Ibrahim. “Pedimos a Human Rights Watch, una organización muy activa: por favor, vengan por la puerta. Vengan por Trípoli. Los llevaremos a todas las ciudades, a Misrata u otras, para que estén seguros de que nosotros no hacemos eso”, dijo.
Con información de El Universal Venezuela.