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viernes, abril 19, 2024

Ebrard: la angustia del (no) poder

Obsesionado con ser el Plutarco Elías Calles del Distrito Federal, Marcelo Ebrard descendió a los sótanos del poder y quedó reducido a una muestra del Juanito que inventó López Obrador: poner a un candidato pantalla o falso para entronizar al preferido.

Aunque no lo reconocerá nunca en público pero tendrá que aceptar en privado, el modelo Juanito para Ebrard fue aprobado por el presidente Enrique Peña Nieto, en nombre de alianzas establecidas cuando Ebrard era jefe de gobierno y Peña fungía como gobernador del Estado de México. Sin el aval superior el Instituto Nacional Electoral nunca hubiera retorcido la ley para abrirle a Ebrard la puerta de servicio del congreso.

Lo que queda, en todo caso, es la imagen de Ebrard como un ambicioso de poder. En el 2012 acató la orden de López Obrador –como antes obedeció las instrucciones de Salinas de Gortari– para no registrarse como precandidato presidencial del PRD, cambio de la promesa de ser secretario de Gobernación.

Pero la astucia de Ebrard ha quedado en una forma de comedia política y en una exhibición de prepotencia para saltarse los mandatos de las leyes. Si se revisa la legislación electoral, la prohibición de ser candidato cuando se ha competido simultáneamente por dos partidos afecta al candidato y a su suplente porque van en fórmula.

De ahí el hecho de que la decisión de registrar a Ebrard como candidato suplente de su Juanito –René Cervera, su jefe de asesores en el GDF– haya sido una decisión política del INE, con la posibilidad de que de nueva cuenta el Tribunal Electoral la eche abajo. La ambición de poder de Ebrard y el fuero correlativo podría llegar hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos donde las leyes mexicanas se someten a criterios extranjeros. Si ganara ahí, entonces Ebrard sería legislador impuesto por una fuerza extranjera y no por las leyes nacionales vigentes.

La biografía de poder de Ebrard ha estado marcada por irregularidades políticas: en 1991 quiso ser líder de la Asamblea de Representantes pero el PRI aplastó al PRD y Ebrard quiso llegar a la comedia de cometer un fraude al revés, obligando a algún diputado priísta a reconocer su derrota para que él entrara como plurinominal; al final no pudo.

Como operador político del GDF de Manuel Camacho Solís y los dos representantes del salinismo, su siguiente fracaso fue la derrota en la sucesión presidencial que se resolvió en noviembre de 1993; la negativa de Camacho a respetar las reglas del juego lo llevó a someterse a la voluntad de Salinas de Gortari y aceptar la cancillería. El alzamiento zapatista desvió el camino y Ebrard movió hilos para tratar de convertir a Camacho en candidato independiente, pero su dependencia y los secretos de poder del salinismo se lo impidieron.

Obligados por Zedillo a abandonar el PRI, Camacho y Ebrard fundaron el Partido del Centro Democrático pero fracasaron. Ebrard fue candidato del PCD al DF en el 2000 pero ante la falta de expectativas declinó a favor de López Obrador y ahí firmó el pacto con el diablo: ser siempre el segundo del tabasqueño. En el 2006 López Obrador designó por dedazo a Ebrard como candidato a jefe de gobierno.

El siguiente fracaso de Ebrard ocurrió en el 2012 cuando quiso imponer a Mario Delgado como su sucesor pero las encuestas lo repudiaron; sin tener más cartas, decidió por Miguel Mancera. Pero en lugar de buscar una salida honrosa, Ebrard quiso ser el Elías Calles del PRD capitalino y Mancera lo rechazó. Más que mandar, en realidad Ebrard quería tapar las irregularidades y fraudes en obra pública. El colapso de la Línea 12 del Metro hundió a Ebrard en el desprestigio y lo puso rumbo a acusaciones penales por irregularidades.

Ante el hoyo de corrupción de la L-12, Ebrard estaba urgido de fuero. Por eso buscó la diputación vía Movimiento Ciudadano. Y podría ser sólo que por el camino indigno e ilegal de ser un Juanito. Al final, Ebrard es un adicto al poder… por cualquier camino.

 

Alertas:

  • En el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación cayó muy mal la decisión del INE de registrar a Ebrard como suplente. Y podrían bajarlo si hay alguna petición en concreto.
  • El mensaje de que quería el PRI puso al diputado Manlio Fabio Beltrones en rumbo de colisión con Los Pinos. Parece que adelantó las vísperas y abrió el juego antes de tiempo.
  • Los mensajes cruzados entre Luis Videgaray y Miguel Osorio Chong obligaron al presidente Peña Nieto a juntarlos en un evento en el interior de la república. El futurismo incomoda a Los Pinos.

 

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