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sábado, abril 20, 2024

El amor de papá

Dicen que los panteones están llenos de héroes. El Día del Padre habría que preguntarse cuál es el precio y cuáles las contradicciones de la figura paterna como proveedor, autoridad y superhéroe. En un mundo de trabajos precarios y políticas familiares inexistentes para los hombres, habría que preguntarse cómo lo viven ellos, los padres, esos a quienes no les alcanza la quincena, para quienes no proveer significa no merecer. Cuántos escuchamos alguna vez la amenaza de la disciplina paterna con un ‘’deja que llegue tu papá para decirle lo que hiciste, ya verás cómo te va’’ ¿Qué se sentirá encarnar el castigo, la mano dura? ¿Qué tanto de todo eso es opción, qué tanto es impuesto?

En su tesis sobre padres jóvenes Mariana Lugo, estudiante de la Universidad de Guanajuato, encontró que los jóvenes buscan nuevas formas de ejercer la paternidad. La intención es romper patrones, involucrarse de forma más afectiva con sus hijos, jugar más con ellos, cuidarlos. Pero los jóvenes se encuentran con varios y complejos obstáculos. Por un lado está la falta de modelos a seguir, no tuvieron padres así, no saben bien cómo hacerlo, lo único que saben y entienden es que lo quieren hacer de una forma distinta, mucho más cariñosa y presente. Además de esta falta de brújula, los jóvenes se encuentran insertos en un sistema laboral y económico que obstaculiza de forma importante esa ‘nueva paternidad’ a la que aspiran. Los padres suecos cuentan con 480 días (16 meses) de permiso por paternidad, los padres mexicanos cuentan con tan solo 5 días ¿qué tanto puede hacer un padre en menos de una semana para establecer un vínculo afectivo con sus hijos?

Hace un tiempo leí un estudio sobre familias transnacionales, en específico trataba sobre la forma en la que padres y madres migrantes sostenían un vínculo emocional con los hijos que se quedaban en el país de origen. Se encontró que tanto padres como madres buscaban la forma de proveer para sus hijos a través de remesas, sin embargo, mientras que el vínculo emocional de la madre migrante con sus hijos no dependía de su capacidad de enviar dinero a sus hijos el de los padres migrantes sí. Es decir, en periodos de desempleo los padres migrantes se ausentan. Según el autor, esto se podía explicar por la depresión como un efecto común del desempleo entre los hombres, pero además, por la forma en la que los padres sentían que el vínculo emocional con sus hijos estaba condicionado a su rol de proveedor. Esto también lo sugiere Figueroa cuando advierte sobre la necesidad de analizar a fondo la forma en la que las expectativas sociales sobre la paternidad afectan la salud emocional y física de los hombres ¿Cómo se vive el deber de proveer en un contexto como el nuestro? ¿Cómo lograr paternidades más involucradas, más afectivas y emocionales si las condiciones económicas y políticas lo hacen, en ocasiones, francamente imposible? Como describe Figueroa, la relación entre el abuelo y sus nietos suele ser más afectiva y lúdica precisamente porque de los abuelos no se espera autoridad, disciplina y proveeduría. No es que a algunos hombres ‘no se les da’ cambiar un pañal o estar más cerca de sus hijos, abrazarlos, jugar con ellos o ser sus confidentes, es que algunos simplemente no pueden. Así como el ‘amor de mamá’ no tiene nada de natural sino que se construye y alimenta, así ‘el amor de papá’ no esa antinatural sino que necesita de nuevos referentes, de jornadas laborales justas que le permitan llegar a casa en condiciones que no sean las de un trapo exhausto que apenas se puede mover, necesita de políticas públicas que le permitan a papá cuidar y amar a sus hijos y necesita desmarcarse (sí, así como el fut) de la idea absurda del papá ogro, del papá disciplina, del papá cabeza, del papá castigo para así poder ser papá juego y papá amor. Los niños y las niñas necesitan obviamente de un sustento, eso nadie lo niega, pero en su memoria no quedarán los recibos pagados sino el amor recibido a través de los cuidados.

Gracias al mío por las papas ‘albañileras’ cada domingo, gracias al padre de mis hijas a quien, indudablemente, siempre le han quedado mejor los hot cakes que a mí. Feliz domingo.

Abril Saldaña
Abril Saldaña
Doctora en sociología por la Universidad de Manchester en Inglaterra. Es actualmente profesora-investigadora de la Universidad de Guanajuato, Campus León. Sus intereses de investigación son género y sociología del cuerpo y ha publicado artículos sobre trabajo doméstico, mestizaje, racismo y desarrollo sustentable/ecofeminismo. Su página personal es: http://ugto.academia.edu/AbrilSaldañaTejeda Correo electrónico: abrilsaldana@gmail.com Twitter: @Abril_SaldanaT

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