Armado con tacos de pasquines morados, un escuadrón compuesto por una decena de seguidores del UKIP abandona, a la caza de votantes, el improvisado cuartel general que el partido antieuropeísta ha montado en el pueblo de Ramsgate. Se abren paso, con caras de pocos amigos, entre abucheos y gritos de “vergüenza” proferidos por medio centenar de miembros del colectivo Stand Up To UKIP (levántese contra el UKIP) que han convocado un desayuno popular en la acera.
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