Brillaron por su ausencia los panistas, principales beneficiarios del guanajuatazo de 1991, en el evento literario del pasado miércoles.
Perdidos entre el público de la presentación del libro Democracia República, aparecieron el vástago del ex gobernador Ramón Martin Huerta, Ramón Martín Montes, quien hasta autógrafo le pidió a Carlos Salinas; y el ex pretendiente de la dirigencia municipal panista, Mario Sopeña.
Sin embargo, las fatalidades del destino no perdonan. A la salida de la cena, en un conocido restorán del norte de la ciudad, el expresidente y varios de sus acompañantes, entre ellos el promotor de la visita, Eduardo Nieto Castro; y el dirigente estatal del PRI, José Luis González Uribe, se dieron de manos a la boca con Fernando Torres Graciano, que llegaba a una cena.
El líder panista probablemente creyó que estaba viendo visiones, llegando como estaba de una gira por municipios del sur del estado. Sólo atinó a preguntarle a su homólogo González Uribe: “¿hubo cónclave?”.
“Ni te imaginas”, le contestó el priista.