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domingo, abril 27, 2025

El término “laissez faire, laissez passer” es una teoría como tantas

La edad de la caballería ha pasado;

A esta le ha sucedido la edad de los sofistas,

los economistas y los matemáticos.

Edmund Burke.

 

En economía, existe una tendencia a buscar términos absolutos de referencia, con los cuales apantallar al respetable público, aunque en realidad no diga nada.

En este sentido los economistas o los filósofos o los políticos o los sociólogos o los empresarios o los capitalistas, que no tienen espíritu de investigación, ni de análisis, generalmente buscan casarse con una frase lapidaria con la cual identificar lo que quieren decir.

Decía el economista más influyente del siglo XX John Maynard Keynes que las personas corrientes y comunes, los políticos y demás personas que quieren presumir de sus conocimientos económicos, que son esclavos de términos y teorías de economistas muertos.

En el caso de la frase que encabeza el título de este artículo, la repiten hasta la saciedad las personas que se identifican con el capitalismo, aunque en realidad en su vida personal solo posean el capital que ganan cada quincena, si es que no tienen créditos no pagados.

En este sentido el termino laissez faire, laissez passer es una expresión francesa que significa “dejen hacer, dejen pasar” y se ha utilizado por primera vez por Vincent de Gournay, fisiócrata del siglo XVIII, contra el intervencionismo del gobierno en la economía.

De forma completa, la frase es: Laissez faire et laissez passer, le monde va de lui même; “Dejen hacer, dejen pasar, el mundo va solo”.

Lo curioso es que el pensamiento que se ha derivado de esta doctrina lo utilizan tanto los liberales como los anarquistas por igual.

Curioso también que tanto las obras de Adam Smith como de Mikhail Bakunin parten de esta referencia de los fisiócratas franceses.

El liberalismo ha utilizado términos un poco más sofisticados como el que presentó la sentencia de Adam Smith en su libro Theory of Moral Sentiments (teoría de los sentimientos morales) y mencionada solo en una ocasión en: An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations (mejor conocida como la Riqueza de las naciones).

“… a pesar de su egoísmo y rapacidad natural, a pesar que solo buscan su propia conveniencia… comparten con los pobres el producto de sus mejoras. Son llevados por una mano invisible a hacer casi la misma distribución de las necesidades de la vida que se habría hecho si la tierra hubiese sido dividida en porciones iguales entre todos sus habitantes y así, sin intentarlo, sin saberlo, avanzan el interés de la sociedad” (Part IV: Of the Effect of Utility upon the Sentiment of Approbation).

La teoría de Adam Smith inició de manera formal, el inicio de la economía clásica que con el tiempo se fue transformando con la aportación de otros filósofos como John Stuart Mill, en el Liberalismo y en nuestra época ha evolucionado en la forma del capitalismo.

Los promotores del capitalismo creen que toda la actividad económica debe ser regulada por el mercado y afirman que el gobierno no debe intervenir en ningún aspecto en la actividad económica.

Para los liberales y los neoliberales el gobierno es una entidad parasitaria.

Es difícil quitar de raíz la participación del gobierno en la economía, porque en realidad la participación privada apenas tiene 300 años, cuando la burguesía como clase social sustituyo a la monarquía absoluta.

Autores neoliberales como Milton Friedman dicen que solo con la libertad es posible el desarrollo y el crecimiento económico sano.

En su libro Free to Choose: A personal statement afirma que en Estados Unidos los colonos ingleses desarrollaron al extremo la libertad económica y edificaron la primera economía del mundo en este tiempo.

Lo que no dice que este logro fue acompañado de un genocidio de los pobladores originales de lo que ahora es Estados Unidos.

Con esta lógica se justifica el bombardeo constante a los palestinos, la guerra contra Irak, contra Afganistan, contra el Islam, contra el socialismo y contra todos los fantasmas que no estén de acuerdo con el sistema capitalista.

No es posible desarrollar la economía pisoteando la moral, la ética y los derechos de otros habitantes.

Tampoco es posible instrumentar una política económica al pie de la letra liberal, simplemente porque no es viable.

En México, el Secretario de Hacienda de Vicente Fox, Francisco Gil Díaz, suprimió todo el gasto social, afortunadamente otra economista foxista, Josefina Vázquez Mota, le ganó la partida y dejó este intento sin resultados.

Imaginemos que se quitara el gasto social del gobierno, la edificación en infraestructura, la carrera espacial y millones de proyectos que se han desarrollado a partir del Gobierno.

Simplemente podemos sacar por conclusión que el mercado es solo un regulador de precios y no un semidios oculto en la economía.

 

​​Correo electrónico: jesus_batta_gonzalez@yahoo.com
Twitter: @JesusBatta

Jesús Batta
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