León, Gto. Alex Caldera, director de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guanajuato, reconoció tener conocimiento de los casos de acoso sexual desde marzo pasado, como una queja general sin especificar responsables. Aclaró que la dirección a su cargo está abierta al diálogo con las estudiantes que reclamaron el acoso de profesores.
Según Caldera, el 8 de marzo del presente año, estudiantes pertenecientes a la colectiva Alumnas UG en Sororidad colocaron carteles en el edificio de la división a manera de denuncia anónima y en sus palabras “genérica”. Con leyendas como: “Si algún profe te acosa, recuerda: ¡no estás sola!”, “No al acoso en la universidad” y “¡Basta al acoso sexual de los profesores!”, se hizo un llamado de atención de la situación a las autoridades universitarias, que al ser generalizado no prendió señal de alarma.
Fue en una reunión posterior a los hechos con un comité encargado de organizar coloquios estudiantiles cuando se tocó el tema de los carteles por el secretario académico de la división, Juan Antonio Rodríguez González, quien pidió a los responsables acudir al protocolo para hacer las acusaciones.
Rodríguez González mencionó que hubo un segundo acercamiento a las estudiantes, de nueva cuenta por razones ajenas, donde retomó el tema y pidió a las afectadas acudir a la vía institucional para hacer la denuncia. Esto mediante la ventanilla de UGénero o una denuncia formal con las autoridades universitarias.
Las manifestaciones generalizadas no parecen alertar de forma inmediata a las autoridades, a pesar de que ambos funcionarios manifestaron tener la puerta abierta a los estudiantes y la sana intención de recuperar la confianza de la comunidad. Para que los casos puedan ser tomados en serio será necesario dar nombres y detalles, factores que según Caldera no se presentaron con las 17 denuncias que se hicieron públicas esta semana. En palabras del director:
“La protección de víctimas, en este caso, tiene que ser sobre hechos concretos y sobre situaciones y personas específicas.”
Dos años atrás Caldera atendió el caso de un profesor de la división que contaba con las acusaciones de acoso por parte de siete alumnas, cuestión que fue atendida por el Comité de Honor y Justicia. Sin embargo, reconoció las limitaciones del Estatuto Académico de la Universidad de Guanajuato, que impidió destituir al agresor por causas específicas y obligó al comité a encontrar razones alternas a las acusaciones para separarlo de su cargo.
Derivado de esta denuncia, se impartió un taller de masculinidades a los profesores varones de la división, esto por recomendación de Nemesio Serrato, quien coordina el Programa Institucional de Igualdad de Género (UGénero). Dentro de los académicos que tomaron el taller, se encuentran los presuntos agresores Armando Chaguaceda Noriega, Alejandro Klein Caballero, Gustavo Garabito Ballesteros, Daniel Tagle Zamora y Jacobo Herrera Rodríguez.
El problema en las recientes acusaciones hacia los académicos, según el funcionario es que “no hay un caso concreto armado (…) A nosotros como autoridades nos toca actuar conforme a la norma, no podemos hacer nada más.” Esto habla ni más ni menos de la falta de vigor de los protocolos de acción de la institución, así como de la limitada disposición de las autoridades de indagar en las acusaciones y dar respuestas o resoluciones a las posibles víctimas.
