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martes, abril 23, 2024

FMI carece de Plan B para Grecia

Tras unas semanas de “aparente” tranquilidad en la situación económica europea, la espinilla de Grecia parece haberse hincado profundamente en una crisis que apenas ofrece opciones para la cuna de la civilización occidental.

No más ayudas hasta que Grecia reduzca su deuda pública

El Fondo Monetario Internacional anunciaba el pasado lunes su negativa a dar luz verde a la siguiente tanda de ayudas programada para Grecia: 3300 millones de euros de un total de 12000. Tampoco habrá un segundo paquete de rescate, imprescindible ante la constatación de que el primero, aprobado en mayo de 2010, fue un rotundo fracaso. Y es que, tras una ardua reunión, de más de siete horas de duración entre la Unión Europea y el FMI, la consigna quedó clara: no habrá más ayudas para Grecia hasta que el país no adopte medidas para reducir su deuda pública.

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En mitad de una situación de crispación total entre la ciudadanía griega, asentada desde hace días en la Plaza Syntagma de Atenas, la situación del país parece estar al borde del precipicio. Mientras, la agenda de Bruselas ya está completa ante la posible toma de decisiones que puedan surgir para el resto de los miembros de la Unión. Y es que, aunque los altos ejecutivos como la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía Elena Salgado, se empeñen en asegurar que España no se verá afectada por la crisis griega, ya que “los mercados distinguen perfectamente entre Grecia y España”, lo cierto es que el FMI ha afirmado por su parte, que “fallar en la decisiva votación de Grecia contagiaría las tensiones al corazón de la zona euro, con el resultado de graves efectos en todo el mundo”.

Quienes sí andan con la mosca detrás de la oreja desde el principio de esta crisis, son los alemanes. El país germano ha echado el freno, consciente de ser el principal contribuyente al rescate de Grecia, con casi el 30% de las ayudas; por este motivo, una de sus principales condiciones para seguir adelante, es la participación de los bancos en la reestructuración de la deuda.

Los tintes dramáticos de esta situación comienzan a tomar presencia dentro de la política europea. Y es que en pocos meses, la UE se ha acostumbrado a hacer frente a las situaciones de crisis, solo cuando se encuentra al borde del abismo. El costumbrismo institucional ha tenido que dar un giro de 360 grados a marchas forzadas.

Este jueves y viernes, el Consejo Europeo se reunirá para debatir la situación. Será el calentamiento de motores para una Grecia que el próximo martes deberá aprobar las fuertes medidas de austeridad propuestas por Bruselas para desbloquear las ayudas para su rescate.

Y es que con una deuda equivalente al 150% de su PIB, un paro del 15,9% y una economía incapaz de levantar cabeza, el país heleno apenas puede mantenerse firme contra un paquete de medidas que por lo civil, o por lo militar, incluirá miles de despidos de funcionarios públicos, bajada de sueldos y de pensiones, y un programa de privatizaciones que apenas dejará en manos del Estado las islas y el Partenón….

Probablemente, nos encontramos en el momento más crudo al que la Unión de los 27 ha debido enfrentarse jamás. Con Grecia en el ojo de Europa, Bruselas en alerta ante posibles consecuencias y la ciudadanía ahogada en un grito mudo por salvar su dignidad… solo queda esperar angustiosamente a la decisión de los poderes políticos, algo a lo que nos tienen muy acostumbrados últimamente.

Con información de agencias.

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