Debido a la severa sequía que azota en gran parte del territorio nacional, unas 6 mil hectáreas de cultivo de temporal se encuentran siniestradas y unos 5 millones de campesinos están en riesgo de perder sus patrimonios.
Aunado a esa situación, la Confederación Nacional Campesina estima que vendrá una escalada de precios y se “pondrá en riesgo el acceso a la canasta básica de los mexicanos” que podría elevar, tan sólo el kilogramo de tortillas, en 20 pesos antes de que termine el año.
Tan sólo en Guanajuato, de a cuerdo con estimaciones oficiales, unas 415 mil hectáreas de cultivo de temporal se encuentran en riesgo por la falta de lluvias.
El líder campesino Gerardo Sánchez García, mencionó que 15 estados de la república, entre ellos Guanajuato, se encuentran en una lista de espera para que se declare un estado de emergencia por el campo y enviar recursos federales para evitar una baja en el inventario de los alimentos.
A decir del dirigente de la CNC, este miércoles pedirán ante la Comisión Permanente de la Cámara de Diputados un punto de acuerdo para que se liberen los recursos que se requieren para evitar que el campo mexicano se colapse.
“Vamos a pedir a ante la comisión permanente que se declare estado de emergencia en 15 estados (entre ellos Guanajuato) y que se permita un programa de autoconsumo, esta situación va a poner en riesgo la canasta básica y se van a presentar escalada de precios”, mencionó el líder cenecista.
Frente a ello, lamentó la pasividad del gobierno de Guanajuato que le apuesta a una recuperación económica del campo por la vía de las remesas, lo que implica el fomentar la emigración y el abandono del campo.
También consideró de doble moral que se permitan fraudes para el campo mientras que la única temporada en la que se le apuestan más recursos sea durante el período electoral.
El líder campesino estableció la urgencia de que los estados del país apuesten al campo e incentiven las tierras que se mantienen ociosas por los altos costos de los insumos agrícolas que, aunado a la falta de lluvias y de programas de rescate alimentario, tienen al campo “sumido en un hoyo del que será muy difícil que los campesinos salgan adelante”.
