- Publicidad -
miércoles, abril 24, 2024

Indignados

A partir del 15 de mayo pasado se ha generado en España un movimiento social por demás importante, que ha motivado muchísimas reflexiones en todo el mundo.
Como ha sucedido y sigue sucediendo en los países árabes, el movimiento español surge desde el hartazgo social que refleja, entre otras cosas, la exigencia de que el gobierno y los partidos políticos entiendan que la democracia del siglo XXI cambió y que requiere de una mayor participación social.
Es pues, un acuse de recibo de la sociedad al ensanchamiento de la distancia que hay entre ésta y el gobierno, por una parte y por la otra, la que hay para con los partidos políticos.
El tema obviamente no es un asunto exclusivo de la política española, o de la situación económica que atraviesa, sino más bien se trata de una condición, que con ciertos matices prevalece en la mayoría de las sociedades, entre ellas la mexicana e incluso, en forma particular, la guanajuatense.
José Ignacio Wert, en un artículo que escribió para el diario español “El País”, que llamó “Descifrando la indignación” ha anotado dos preguntas que me parecen básicas:
1. ¿Hay algo más natural que indignarse con el curso de las cosas?
2. ¿Quién no está indignado?
Los indignados de uno y otro lugar somos sociedad de todos lo niveles económicos, de todas las edades, de diversas escolaridades. Nos pueden decir que muchos ni siquiera han cumplido 18 años y tendrán razón, porque no se han fijado que la conciencia social, que el compromiso con nuestro entorno no nos lo da una credencial para votar.
Déjenme dar un ejemplo muy local del municipio de Guanajuato: el pasado 24 de junio un grupo de personas integradas en el movimiento social que nos opusimos a la factibilidad de cambio de uso de suelo de un predio conocido como “Granja la Bufa”, nos reunimos en la presa de la Olla con motivo de las festividades de san Juan. La intención era recabar firmas para insistir en que el área de los cerros de el Hormiguero y las laderas de la Bufa y los Picachos sea declarada área natural protegida.
Logramos que 725 personas firmaran, pero no sólo eso, cada firma tenía una historia de indignación; cada una expresaba uno o varios agravios de parte del gobierno; cada persona hizo de su firma una protesta muy fuerte, pero pacífica. Tan fuerte que muchos lo asumieron como la reiteración de lo que esta sociedad expresó el 5 de diciembre pasado en el plebiscito, en el que abrumadoramente dijimos NO.
Quien quiera leer que ese NO se refirió sólo a no estar de acuerdo en la urbanización de nuestros cerros creo que comete el grave error de no ver la enorme indignación que hay detrás. Indignación que hace un par de semana nos obsequió 725 firmas más para esta causa que no cesará.

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO