Se quedan cortos los que atribuyen al secretario particular del gobernador Juan Manuel Oliva un activismo inusitado en los asuntos partidistas en la entidad. En realidad, a últimas fechas, el hiperquinético Román Cifuentes se da tiempo hasta para actuar en los estados vecinos y hacerse presente en la grilla nacional.
Como le sobra tiempo en la tarea de reunir delegados para uncir al carro de la candidata Alejandra Reynoso, o quizá porque ya completó la cifra mágica, ahora Román dedicó sus esfuerzos a boicotear una reunión regional de Conago en la ciudad de Aguascalientes, el viernes pasado.
Pasmados, por lo menos dos secretarios del gabinete olivista y dos directores de organismos descentralizados cuyos nombres omitimos, recibieron telefonazos urgentes de Román para no asistir a la sesión de clausura de la Conago donde estaban reunidos funcionarios y gobernadores del estado anfitrión, de Zacatecas, San Luis Potosí y Querétaro.
El único estado panista de la zona, por instrucciones de Cifuentes, marcó su distancia con el gobernador Carlos Lozano de la Torre en protesta por el proceso penal a que se encuentra sometido el ex candidato del blanquiazul a gobernador, Martín Orozco Sandoval, por cierto uno de los apadrinados por el gobernador Oliva el año pasado.
Los guanajuatenses reconvenidos no lamentaron tanto que se les trajera de regreso antes de la plenaria, sino que no se les hubiera avisado desde temprano, para ahorrarse el viaje y el oso.
Y, lo peor de todo, en viernes. Román, no hay que ser…
