En su obra, el contrato sexual, Carol Pateman identifica la transición entre un poder patriarcal, en donde el padre o el rey, como figura paterna, ejerce autoridad sobre otros hombres y mujeres, a uno de fraternidad en donde los hombres siguen ejerciendo autoridad sobre sus mujeres en la esfera doméstica pero conceden un orden de igualdad entre ellos en la esfera pública y política. Para Pateman, las mujeres no sólo llegaron tarde a los derechos de la ciudadanía sino que a través de su exclusión se conformó el derecho de los hombres como individuos y como jefes de familia.
Según la tipología de Turner, la ciudadanía atraviesa por dos dimensiones, lo público/privado y lo activo/pasivo. A pesar del eurocentrismo y el sexismo con el que se ha calificado la tipología de Turner, lo cierto es que el debate entre la división de lo público y lo privado sigue siendo útil para entender no sólo la diferencia entre hombres/mujeres, sino también aquella entre mujeres. Las mujeres han sido históricamente imaginadas como naturalmente ‘aptas’ para la esfera doméstica y privada y la limitación de su partición en la vida política sigue siendo uno de los temas más importantes para el feminismo. En este contexto la postulación de una mujer para la Alcaldía de un municipio como León sería algo para celebrar, pero en el caso de Luz María Ramírez es francamente una tragedia que refleja uno de los retos más profundos del feminismo tanto en su dimensión política como académica; la validez de la mujer como unidad analítica frente a las abismales diferencias entre las mujeres. La postulación de Luz María no tiene nada que ver con un logro de representación para las mujeres, esta postulación es una muestra más de que el género perdió su valor conceptual una vez institucionalizado en la vida política, es decir, ya cada quien define al género como le da la gana. Estamos hablando de una mujer que abusó de su cargo como directora del Instituto de las Mujeres Guanajuatenses (IMUG), durante la administración pasada, para violentar a diversas organizaciones de derechos humanos en el estado; una mujer que reclutaba a funcionarias/os públicos a través de un filtro religioso, arbitrario e ilegal que incluía una indagación de la vida íntima y la preferencia sexual de quienes pretendían trabajar para el IMUG. Luz María no es una candidata cualquiera, esta es una mujer que, a través de su gestión, se ha atrevido a proponer ‘’oración, risa y deporte’’ como estrategia viable y efectiva para resolver la violencia ejercida en contra de las mujeres en el estado, estamos frente a una mujer vinculada a grupos ultra conservadores que se oponen abiertamente al cumplimiento de acuerdos importantes firmados con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en materia de derechos para las mujeres; durante su cargo como directora del IMUG satanizó públicamente a las mujeres tatuadas, evidenciando con esto una profunda carencia de sensibilidad política y pleno desconocimiento de sus obligaciones como funcionaria pública y del derecho de las mujeres sobre su cuerpo. Luz María no puede representar los intereses de las mujeres en el municipio porque cualquier posibilidad de solidaridad de género ha sido una y otra vez superada por la articulación de su propia clase y religión.
La postulación de Luz María a la Alcaldía de León deja claro que no es suficiente incrementar la participación política de las mujeres en las estructuras políticas existentes si no se cambian, simultáneamente, estas estructuras. Bárbara Botello se mantuvo cómodamente al margen de cualquier discusión sobre los derechos de las mujeres en el estado y esto, sin duda, es inadmisible y merece un espacio propio de crítica y discusión. Pero Luz María ha demostrado su capacidad de ir más allá del pecado de omisión; esta mujer representa un retroceso y una amenaza para la lucha por los derechos de las mujeres. Es lamentable que el Partido Humanista en Guanajuato no vea ni escuche a las mujeres que busca representar; es evidente que no tienen ninguna posibilidad de ganar, pero la postulación francamente ofende.
