Mientras se cruzan oficios misteriosos entre el representante de Conagua en Celaya, Roberto Castañeda; y el director de Sapal, Emiliano Rodríguez, sobre el tema de los niveles y la compuerta de la Presa del Palote, los ciudadanos de León, principales afectados por cualquier medida que se tome al respecto, permanecen ajenos al tema.
La gestión del grupo empresarial que promueve el fraccionamiento Bosque Azul, cuyo principal activista es el funcionario estatal Luis Quiroz Echegaray, ya logró el visto bueno del alto mando de la Conagua para reducir el nivel de la compuerta y, con ello, disminuir el nivel de aguas máximo extraordinario (NAME), lo que les permitiría aprovechar 40 hectáreas del desarrollo, actualmente inutilizables.
Sin embargo, el boleto se le pretende adjudicar a Sapal, operador del embalse, quien de esa manera arrostraría las muy previsibles inconformidades de grupos ambientalistas y usuarios del Parque Metropolitano alrededor de la presa, por lo que se antoja como una acción profundamente mezquina: afectar un humedal que se ha convertido en un espacio recreativo de gran aceptación popular, para beneficiar intereses privados.
¿Insistirán con el alucine? Son capaces.
