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martes, abril 23, 2024

Los cambios en el estilo vida como la mejor prevención del cáncer.

¿Sabías que solo del 5 al 10% de los nuevos casos de cáncer son heredables? Alrededor del 90 al 95% de los nuevos casos de cáncer a nivel mundial son atribuibles a factores relacionados con nuestro estilo de vida tales como: consumir alcohol, tabaco, realizar poca actividad física, a infecciones y a nuestra alimentación.
Particularmente se ha descrito que, de cada 10 nuevos casos de cáncer, 3 son ocasionados por malos hábitos de alimentación y 2 por tener un exceso de grasa corporal. Es decir, la mitad de los nuevos casos de cáncer son causados por hábitos de alimentación que podemos modificar. Dentro de los tipos de cáncer más comunes relacionados por malos hábitos de alimentación podemos encontrar al cáncer colorrectal, de mama, de estómago, de riñón, de hígado, de útero y de páncreas.
Algunos de los alimentos que se han relacionado la aparición de cáncer son la carne roja, los embutidos, alimentos con poca fibra dietética, alimentos ahumados y un bajo consumo de frutas y verduras. Con respecto a la carne roja, se ha encontrado que consumir alrededor de 100 g de carne roja (un bistec mediano) o 50 g de carne procesada (aprox. 2 piezas de salchicha) al día puede incrementar en un 20% la probabilidad de cáncer de colon. Esto es debido a algunos ingredientes como los nitritos que ocasionan daños directos a las células.
Esto no quiere decir que debemos de eliminar por completo la carne roja, ya que contiene algunos otros micronutrientes, como el hierro, vitamina B6 y B12 y ácido fólico, necesarios para el cuerpo; sin embargo, si es recomendable disminuir su consumo, e ingerirla como máximo dos veces a la semana e incluir otro tipo de proteínas a nuestra alimentación, como el pollo sin piel, el pescado fresco o lácteos bajos en grasa.
Por otro lado, se ha encontrado que existen una gran variedad de alimentos que pueden se protectores contra el cáncer cuando se consumen de manera frecuente, tales como: frutas y verduras, cereales integrales, pescados como el atún o el salmón con altos contenidos de omegas 3 e incluir algunas especias como el jengibre, el ajo, la cúrcuma y el té verde.
La fibra dietética presente en cereales integrales, en leguminosas (frijoles, lentejas, soya) y en frutas y verduras juega un papel protector contra el cáncer de colon. El consumo recomendable de fibra para una persona adulta es de entre 20 a 35 g por día. El papel protector de la fibra puede deberse a distintos mecanismos, como, por ejemplo: disminuir el estreñimiento y mejorar las evaluaciones reduciendo el tiempo de contacto de los elementos carcinogénicos en el intestino.
La vitamina C y A, presentes en frutas y verduras de tonalidades naranjas y amarillas, la vitamina E presente en aceites vegetales y en nueces y la vitamina D presente en lácteos y en el huevo también juegan un papel protector contra diversos tipos de cáncer. Estas vitaminas se conocen como antioxidantes, una de sus funciones es neutralizar unas sustancias producidas por daños celulares llamadas radicales libres.
Las especias se han usado por todo el mundo para añadir sabor a los alimentos y por sus propiedades nutrimentales. Se han encontrado evidencia científica que el consumo de fitoquímicos como las catequinas (té verde), la curcumina (cúrcuma), el disulfuro de dialilo (ajo), la capsaicina (chiles), el gingerol (jegibre) y el eugenol (canela) pueden tener efectos protectores contra el desarrollo de cánceres por sus acciones antioxidantes y antiinflamatorias.
Por otro lado, la inactividad física se ha relacionado con el riesgo de aparición de cáncer de mama, colon, próstata, páncreas y ciertos tipos de melanomas. Se cree que la actividad física influye en los procesos celulares y el crecimiento tumoral. Realizar actividad física frecuente puede reducir en un 20% la aparición de cáncer. El Colegio Americano de Medicina deportiva recomienda seguir con las recomendaciones actuales de la OMS de realización de actividad física de 150 a 300 minutos por semana de actividad aeróbica de intensidad moderada (caminar a paso rápido o bailar) o intensa de 75 a 150 minutos por semana (correr, natación, entrenamientos de intervalos a alta intensidad), aunque la cantidad precisa necesaria para reducir el riesgo de cáncer sigue sin conocerse.
Para concluir, esta en cada uno de nosotros disminuir nuestra probabilidad de aparición de un tipo de cáncer en nuestro organismo, ya sea por hábitos de alimentación, por nuestra actividad física o por nuestro consumo de sustancias nocivas como el alcohol y el tabaco. Recuerda que optar por consumir frutas y verduras de manera frecuente, preferir harinas integrales, disminuir el consumo de carnes rojas e incluir especias en la preparación de nuestros alimentos puede ayudarnos en gran medida a mantener un estado de salud óptimo.

Fuentes:
Patel AV, et al. American College of Sports Medicine Roundtable Report on Physical Activity, Sedentary Behavior, and Cancer Prevention and Control. Med Sci Sports Exerc. 2019 Nov;51(11):2391-2402. doi: 10.1249/MSS.0000000000002117.
Anand P, et al. Cancer is a preventable disease that requires major lifestyle changes. Pharm Res. 2008 Sep;25(9):2097-116. doi: 10.1007/s11095-008-9661-9
Mayne ST, Playdon MC, Rock CL. Diet, nutrition, and cancer: past, present and future. Nat Rev Clin Oncol. 2016 Aug;13(8):504-15. doi: 10.1038/nrclinonc.2016.24
Grosso G, et al. Possible role of diet in cancer: systematic review and multiple meta-analyses of dietary patterns, lifestyle factors, and cancer risk. Nutr Rev. 2017 Jun 1;75(6):405-419. doi: 10.1093/nutrit/nux012.

Brenda Estefanía Segovia Rodríguez. Licenciada en Nutrición y Ciencia de los Alimentos. Maestra en Nutrición Clínica. Educadora en Diabetes por la Universidad Iberoamericana León. Diplomado en Nutrición Pediátrica. Miembro del Colegio de Nutriólogos de León.

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