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viernes, abril 26, 2024

Los Zetas se apoderan del norte de Guatemala

Como “macabra” y “salvaje” describió el presidente de Guatemala, Álvaro Colom, la decapitación de 27 campesinos guatemaltecos presuntamente a manos de los Zetas, ocurrida el pasado 14 de mayo en La Libertad, Petén, un departamento ubicado en el norte del país.

Este es el segundo hecho de magnitud que ex brazo armado del mexicano cartel de Golfo protagoniza en los últimos ocho meses en Petén.

En octubre pasado, una caravana de unos 10 vehículos con hombres armados irrumpió en Petén, para supuestamente recobrar un cargamento de cocaína en una finca en El Naranjo, cerca de la frontera con México. Los sujetos protagonizaron una balacera con militares y policías en el sector.

Estos eventos ocurrieron en una coyuntura estratégica para los Zetas. En octubre, marzo y abril pasados, las autoridades capturaron a tres importantes socios guatemaltecos del mexicano cartel de Sinaloa en Guatemala: Mauro Salomón Ramírez, Juan Alberto Ortiz López, y Waldemar Lorenzana Lima.

Todos fueron capturados porque son requeridos en extradición por cortes estadounidenses por narcotráfico, según el Ministerio Público, y no por los delitos cometidos en Guatemala-aunque tenían años de operar en el país.

La implicación más preocupante, además del debilitamiento del grupo de Sinaloa, es que las capturas indirectamente favorecen a los Zetas. Les permiten operar ante un rival debilitado.

“Los Zetas están tragándose el territorio y nadie los toca. ¿Por qué ahora? Porque todos los competidores están débiles”, dijo a BBC Mundo David Martínez-Amador, catedrático de la Universidad Rafael Landívar en Ciudad de Guatemala.

“Las estructuras guatemaltecas no tienen liderazgos claros; están en reingeniería”, añadió el experto, que dijo que la matanza es un mensaje de los Zetas para quienes pretendan detenerlos.

En Petén, el mensaje no era para las víctimas, campesinos que trabajan en la finca, y que el ministro de Gobernación, Carlos Menocal, desvinculó del narcotráfico, sino para el propietario de la finca: Otto Salguero, a quien los victimarios extorsionaban, y cuya vinculación al narco no ha sido confirmada.

“Ellos dijeron que eran mexicanos, que no querían guatemaltecos, que nos iban a matar porque estábamos trabajando en la finca”, dijo una sobreviviente de la masacre respecto a los atacantes. La mujer dijo que dos hombres armados llegaron hasta su casa y se llevaron a su esposo.

Menocal también atribuyó a los Zetas el asesinato de Haroldo León Lara, también ocurrido el pasado 14 de mayo, y a cuyo hermano el grupo criminal asesinó hace tres años (supuestamente en venganza por un robo de droga).

Como en México, los Zetas disputan posiciones de su ex empleador, el cartel del Golfo. Pero en Guatemala, logran con violencia lo que los narcos locales consiguieron con sobornos y prestando servicios básicos en zonas olvidadas por el Estado (salud, electricidad, etc.). Esto no significa que no sean violentos, pero no al extremo de los Zetas.

El pasado 19 de diciembre, el gobierno guatemalteco decretó el Estado de Sitio durante dos meses en Alta Verapaz, al sur de Petén, “para devolver la gobernabilidad” al lugar, según Menocal.

El departamento está en un corredor de tráfico de cocaína que los Zetas establecieron entre Honduras y México, pasando por Guatemala.

El Estado de Sitio produjo la captura de una veintena de personas y el decomiso de un centenar de armas y municiones, varias avionetas y vehículos. Pero fuentes de inteligencia aseguran que la principal estructura de la organización no fue afectada.

Un investigador del Ministerio Público reveló a BBC Mundo que, en 2010, se estimaba que había unos 800 miembros de los Zetas en el país; la tercera parte de ellos, mexicanos.

La cantidad de Zetas no es el único problema para el gobierno. El ejército de Guatemala sólo tiene 17.100 elementos para cubrir el país.

Colom admitió que la cifra era insuficiente. “No tenemos la fuerza completa”, dijo el mandatario, quien viajó a Petén este 16 de mayo. “Si tuviéramos los 4.000 (soldados) que solicité en noviembre, habría al menos 700 más para enviar a Petén”.

El incremento depende de que el Congreso apruebe una reforma fiscal para financiarla. No obstante, 2011 es un año electoral (los comicios son en septiembre) y la reforma es vista como un riesgo político, incluso por algunos miembros de la bancada oficial.

Otro obstáculo es la inmensidad de Petén: 35,8 kilómetros cuadrados, muchos de ellos cubiertos de bosque tropical. Menocal dijo que 50 policías adicionales apoyarán los operativos, porque los sospechosos “deambulan en la selva y es más complicado encontrarlos”.

El ministro reveló que es un grupo de unos 40 hombres, y se hallaron evidencias de los sitios donde acamparon. Otros reportes extraoficiales se refieren a un comando de 200 sujetos.

Casi 48 horas después de la masacre, el mandatario aseguró que las fuerzas de seguridad y la policía habían tomado el control en Petén. Al mismo tiempo se reportaba un enfrentamiento armado entre las autoridades y sujetos presuntamente responsables de la masacre, a pocos kilómetros de la frontera de Guatemala con México.

“Tenemos que encontrar a los culpables y someterlos a la justicia”, sostuvo Colom, a la vez que se registraba la explosión de cuatro granadas en una zona urbana, en el centro de Petén, sin resultados mortales.

El sociólogo Héctor Rosada dijo a BBC Mundo que estos hechos son “el principio de un reacomodo en una etapa violenta del narcotráfico, en una transición”. Es una transición en la que también actuará como detonante el cambio de gobierno, en 2012, si los Zetas estarán en la mirilla de las autoridades tanto como el cartel de Sinaloa.

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