León, Gto. A la intemperie y sin algún tipo de control, así están cientos de kilos de ropa quirúrgica y hospitalaria de desecho en el complejo delegacional del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en León; con lo que, presuntamente, trabajadores cercanos al Delegado del IMSS y protegidos por el Sindicato intentan sacar un beneficio económico de ello.
Decenas de costales con sábanas hospitalarias, batas usadas por derechohabientes y ropa de quirófano, todo sin lavar, están arrumbadas cerca de las gradas de las canchas, en el edifico de la delegación del IMSS, sobre el bulevar Adolfo López Mateos.
De acuerdo a información proporcionada por trabajadores del lugar -que pidieron que sus nombres no fueran publicados-, dicha ropa no puede estar al aire libre debido a que representa un potencial foco de infecciones ya que algunas sábanas y ropa quirúrgica, al no haber sido lavados, contienen rastros de sangre o elementos bacteriológicos.
Se trata de aproximadamente de entre 500 y 700 kilos de uniformes y sábanas que ya no pueden ser utilizados, aunque se desconoce de cuáles clínicas provienen.
Con este tipo de desechos, explicaron, lo que procede es que sean llevados al centro de lavado que está en la misma clínica T-1, a donde también llega la ropa y sábanas de las clínicas ubicadas en Guanajuato, Silao, San Francisc del Rincón, Purísima, San Felipe y Ocampo.
Una vez que son lavados, son trasladados al almacén de diversos del Departamento de Servicios Complementarios, área encargada de vender todo aquel material que ya no le sirva a la delegación del IMSS.
Sin embargo, en esta ocasión no ocurrió así. ¿La intención? Vender los “trapos” por fuera para quedarse con las ganancias de ello, y de paso, esquivar la revisión que en noviembre del año pasado hizo el Comité de Evaluación de Delegaciones con sede en nivel central del IMSS.
Un triángulo que sangra al IMSS
Yves Javier Rodríguez Aguirre comenzó a trabajar en el IMSS como intendente en el 2006. Luego de casarse con la hija del entonces líder del Sindicato del IMSS, Francisco Javier Rea Ávila, fue ascendido a jefe de la Sección de Enajenaciones, adscrito al Departamento de Conservación y Servicios Generales.
Miguel Ángel Méndez Zúñiga, era jefe de intendencia en la clínica 48; su hermano, Juan Gabriel, hacía lo mismo en la clínica 21, ambas en León.
No obstante, cuando Sergio Andrés Santibáñez Vázquez fue nombrado delegado del IMSS en Guanajuato, contrató como una de sus secretarias a Gina Anzaldo, esposa de Miguel Ángel.
Con ello Miguel y Juan Gabriel pasaron a ser subalterno y jefe delegacional de la planta de lavado, respectivamente.
Cuando la carga de trabajo de la planta es demasiada, la delegación del IMSS subcontrataba a la empresa “Lava Tex” para que ahí lavaran el excedente, pero para noviembre del año pasado, dicha empresa se negó a continuar prestando el servicio, por un adeudo que el Instituto no había liquidado.
Justo ese mes estaba programada la visita del Comité de Supervisión de Delegaciones para revisar la operación de la clínica T-1.
Para no ser sancionados, Juan y Miguel optaron por trasladar cientos de kilos de ropa al área de canchas donde no fueron detectados por los supervisores, lugar en donde hasta la fecha se encuentran sin lavar.
Sin embargo, trabajadores del IMSS señalaron que una práctica recurrente es que al final, esa ropa sucia junto con las sábanas, son vendidas por Yves Francisco, en contubernio con los hermanos Méndez Zúñiga, sin que el IMSS tenga registro de ello.
De acuerdo a licitaciones emitidas por la delegación del IMSS entre el 2006 y el 2014, el kilo de “trapo”, término con el cual se engloban uniformes, ropa quirúrgica y sábanas inservibles, oscila entre los 3 pesos con 50 centavos y 4.50.
En promedio, anualmente se generan en Guanajuato cerca de 35 mil kilos de “trapo”, es decir, el IMSS podría tener un ingreso por su venta cercano a los 140 mil pesos.
